Como es sabido, el control absoluto y voluntario sobre los procesos respiratorios durante la ejecución práctica de los movimientos, es una de las bases del método Pilates.
Así, se ha escrito mucho y muy bien sobre la técnica concreta y correcta de dicha respiración; y sobre su anatomía, biomecánica e histología, por lo que las daremos por sabidas en el presente artículo.
Sin embargo, con el paso de los años y tras las influencias recibidas por parte de los profesionales que entrenaban con el método Pilates y que lo salpimentaban con sus propios conocimientos y procesos.
Lamentablemente hemos dejado por el camino (y casi desterrado al olvido) a una de las premisas más “originales” y fundamentales de lo que Joseph Pilates consideraba “su” método. Me estoy refiriendo a la forma de exhalar; a la exhalación abdominal total o máxima.
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Efectivamente, lo que en la actualidad se conoce y practica como “la respiración Pilates” poco tiene que ver con la original, por lo menos en las titulaciones con mayor ratio de alumnos en nuestro país.
En el proceso respiratorio voluntario y consciente que promueve y defiende el método Pilates actual, la técnica de inspiración, costal-lateral-posterior, sigue siendo idéntica a la original y muchos participantes ya se benefician de sus bondades en lo tocante a la correcta tonicidad diafragmática, la oxigenación celular, la reorganización de la cintura escapular, etc.
No podemos decir lo mismo de cómo se conjuga la técnica de la exhalación en el método Pilates actual y cómo lo hacía Joseph Pilates en su momento.
Joseph Pilates, defendía realizar un trabajo voluntario y consciente para la mejora y el aumento del volumen de reserva espiratorio (VRE), que no es ni más ni menos que la cantidad de aire extra que una persona puede exhalar mediante una exhalación forzada, más allá de una espiración corriente normal. Este VRE viene a ser de unos 1.100 ml de media en el ser humano.
A continuación, os transcribo lo que Joe dejó escrito, al respecto de estos procesos durante la exhalación, en su libro “Tu Salud. Estudios sobre la Salud del Prof. Pilates”:
[…] La primera lección es la de respirar correctamente.
Hay que enseñar a los niños a inhalar prolongada y profundamente, hasta expandir el tórax hasta su máxima capacidad. Hay que instruirlos correctamente para que al mismo tiempo, metan y saquen el abdomen, reteniendo la respiración durante un corto tiempo. También deben aprender a vaciar los pulmones por completo al exhalar.
Vaciar correctamente los pulmones es un arte en sí mismo, y este último paso de la respiración correcta es el peor comprendido. En general, raramente (o nunca) se enseña correctamente, salvo que el interesado sea adiestrado personalmente por una persona que comprenda realmente en qué consiste todo esto.
Los ejercicios de respiración correcta bajo el dominio del control mental serían, sin lugar a dudas, más útiles en la prevención de la tuberculosis (y más útiles para obtener y mantener el máximo grado de salud) que todos los demás remedios combinados.
Al principio, los pulmones no pueden vaciarse completamente sin un esfuerzo considerable. Sin embargo, con perseverancia, pueden alcanzarse los resultados deseados, y con la fuerza creciente, desarrollar gradual y progresivamente los pulmones hasta su máxima capacidad. De ese modo, el pecho se hinchará como un globo y, al mismo tiempo hará entrar en juego prácticamente a todos los demás músculos del sistema. Y así la postura pasará a ser normal (natural). […]
Como habrás podido leer, Joseph era consciente de la incomprensión que esta forma de exhalar (forzada y con esfuerzo) generaba entre los participantes en las sesiones de Contrología que él mismo impartía en su Studio en la Octava Avenida de Nueva York.
A modo de ejemplo visual ilustrativo, en el minuto 15´30” del siguiente video, se puede observar el espirómetro que Joseph Pilates inventó, y que utilizaba para enseñar la correcta ejecución de su propuesta espirativa, y cómo lo asociaba todo con la curva en “C” (precisamente para favorecer y potenciar dicha exhalación abdominal máxima).
Esta forma de exhalación forzada, no es nueva ni un invento en exclusividad de Joseph Pilates.
En otras culturas, como en la hindú, sufí o tibetana, este tipo de exhalaciones se llevan practicando desde hace muchos siglos, como una herramienta de autoexploración y de autoconocimiento, tanto en meditaciones creativas, como activas o de contemplación.
Si lo que se pretende es ganar capacidad torácica y pulmonar durante la inhalación, todo lo que se ha de hacer y donde se ha de poner el foco, es en la exhalación.
Ya que cuando la caja torácica “flexa” hasta el máximo por la acción agonista de los abdominales, almacena energía elástica que, cuando se libera durante la inspiración y es bien utilizada, puede promover los procesos excéntricos necesarios (en músculos tales como los intercostales, el serrato posterior superior o el pectoral menor) para la mejora de la capacidad inspiratoria (CI), lo que a su vez será altamente recomendable para una gran cantidad de patologías respiratorias y de otra índole por múltiples y variados motivos.
Debido a los apoyos hidroneumáticos que provocan “los tres diafragmas” (glotis, diafragma torácico y diafragma -o suelo- pélvico) sólo necesitamos forzar el “vaciado total de los pulmones” para que después de ese “esfuerzo” espirativo, se devenga “sin esfuerzo” una inhalación completa.
Aquí cabría destacar que “el vaciado total de los pulmones” es imposible. El VR (volumen residual) de los pulmones del ser humano tipo, es de unos 1.200 ml aproximadamente, y nunca puede ser exhalado.
Por tanto en el método Pilates original, el esfuerzo consciente y voluntario se produce eminentemente durante la exhalación, proceso que dará como resultante por reacción, una inhalación limpia, amplia y que remueva el reservorio de oxígeno para “limpiar” y “abrir” hasta el último rincón de los pulmones.
Con esta forma de exhalar, se equilibra la capacidad residual funcional (CRF) que es la cantidad de aire que queda en los pulmones tras una espiración normal, y que debería ser de unos 2.300 ml de media en los humanos. CRF=VRE+VR.
Además, con esta forma de exhalar, Joe se garantizaba la contracción abdominal máxima durante la ejecución de los ejercicios, asegurando también la correcta activación de toda la faja abdominal profunda y por tanto de toda la musculatura estabilizadora del complejo lumbo-pélvico.
Así, y a modo de conclusión, cabría destacar la tremenda trascendencia que este cambio en la anatomía de la respiración durante la práctica supone para los beneficios y filosofía de uso que Joseph Pilates perseguía y promulgaba.
Finalmente, apostaría a que esta es una de las facetas del método Pilates, posiblemente, peor estudiadas, y que más sorpresas y parabienes nos va a traer en el futuro inmediato gracias a los estudios que sobre ella se están llevando a cabo.
A modo de aplicación práctica. Los técnicos que imparten sesiones del método Pilates son conscientes de la importancia de enseñar los patrones correctos de movimiento a los usuarios. El proceso es relativamente sencillo en la teoría pero algo complica en su ejecución práctica.
El primer paso es que el usuario lleve a la conciencia su patrón de respiración. Recordemos que no todo el mundo se rige por las mismas secuencias de activación muscular ni usa los músculos en la misma proporción.
Una vez la persona es consciente de su respiración, como técnicos de Pilates debemos rectificar, modular, regular o como podamos llamar al extremo de la suavidad y el cambio mínimo que debemos inducir en cliente, siempre dentro su comodidad.
Una vez introducido el cambio, la persona, todavía consciente de su respiración, vuelve a entrenar el patrón hasta que se haga de nuevo inconsciente, involuntaria.