El ejercicio físico supone un impacto importante sobre el conjunto del metabolismo y del organismo en general. Este impacto afecta al aparato cardiovascular, respiratorio, tejido grado, glucógeno del hígado, temperatura corporal, etc. Toda la adaptación del medio interno a la actividad física de estar perfectamente organizada y regulada.
Los sistemas encargados de la integración global de las funciones corporales son el sistema nervioso y el sistema endocrino. Sin embargo, los órganos por si mismos son capaces de autorregularse dentro del sistema de control general.
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Efecto “insulino like”
El músculo, como tejido que pone en marcha el movimiento es, además, el que pone en marcha todo el proceso de adaptación al esfuerzo por el simple hecho de se contrae y se relaja. Las células o fibras musculares necesitan energía para poder contraerse y el principal combustible que usan es la glucosa.
Durante el ejercicio la membrana de la fibra abre sus puertas “automáticamente”, sin necesidad de la intervención de otras hormonas o sistemas de control.
Este mecanismo garantiza que la fibra muscular tendrá energía para realizar el movimiento y es ella misma, de forma autónoma, la que se encarga de acceder a la fuente de energía.
El mecanismo de apertura automática de las fibras a la glucosa se llama efecto “insulino-like” haciendo referencia a que al moverse, la fibra muscular adopta un funcionamiento similar a la que tienen en reposo mediante la insulina.
Como podemos ver, la fibra muscular es capaz de garantizarse el acceso a combustibles con independencia de cualquier otro sistema de integración, sea el nervioso o el hormonal. El músculo se regula a sí mismo en la absorción de glucosa de la sangre.
Función hormonal del músculo
Un segundo nivel de integración “autónomo” parte de la propia célula muscular para recoger nutrientes energéticos de otras zonas corporales y que vayan al músculo que se está contrayendo.
Para realizar esta función, el músculo se comporta como una “glándula”. Y segrega una substancia llamada miokina que es una pequeña proteína reguladora que vierte a la sangre.
No se trata de una función estrictamente hormonal pero tiene un gran parecido con ella. A través de la sangre, la miokina llega al tejido graso y al hígado activando la liberación de grasas y glucosa para garantizar que le llegará combustible durante el ejercicio.
Pero para garantizar que el movimiento se realizará correctamente, las miokinas actúan sobre el hueso reforzándolo, el aparato circulatorio para bombear más sangre y sobre el cerebro para activar la actividad sensorial y motora.
Otros efectos añadidos se producen a través de moléculas que normalmente se producen durante la inflamación (prostaglandinas, interleukinas,…) de manera que parece como si el tejido muscular, en el momento de activarse pusiera en marcha, de forma previsora, el proceso para su propia recuperación.
Recordemos que el proceso inflamatorio es la primera etapa de la recuperación de las lesiones. La fibra muscular al contraerse segrega miokinas que le garantizan nutrientes, aporte sanguíneo, huesos resistentes y mecanismos de recuperación temprana. Todo este mecanismo tiene lugar independientemente de los sistemas integradores generales como el sistema nervioso y el sistema hormonal.
En resumen, el efecto insulino-like y la secreción de miokinas que se encarga de funciones fundamentales para la actividad física se realiza directa, autónoma e independientemente por parte del tejido muscular.
Hormonas y actividad física
El sistema endocrino regula la producción de hormonas que son moléculas que controlan las funciones celulares. Las hormonas alcanzan a una gran cantidad de células pero solo ejercen su influencia sobre las que tienen unos receptores específicos que las convierte en sus células diana.
Las hormonas controlan una serie de reacciones fisiológicas como la energía del metabolismo, crecimiento de los tejidos, hidratación corporal o síntesis y degradación de las proteínas corporales.
Las hormonas son las responsables de la construcción muscular y de la combustión de la grasa corporal por lo que comprenderlas tiene gran importancia para los técnicos de Fitness.
Algunas de estas hormonas y sus efectos son:
- Producida por el páncreas regula el metabolismo de las grasas y los carbohidratos. La insulina reduce la glucosa de la sangre al promover su absorción por parte de los músculos y el tejido graso (ver efecto “insulino-like” descrito antes).
- Es una hormona catabólica segregada por las glándulas suprarrenales en respuesta al estrés, al ejercicio y al descenso de azúcar en la sangre. Aporta energía en esfuerzo prolongados al romper las grasas para sintetizar glucosa.
- Es una hormona segregada por el sistema nervioso simpático. Acelera la frecuencia cardiaca, el ritmo respiratorio y moviliza combustibles energéticos.
- Segregada por los órganos sexuales masculinos y femeninos se encarga de desarrollar los caracteres sexuales secundarios masculinos pero, en el ámbito deportivo interesa porque es la hormona que desencadena los mecanismos para entender la hipertrofia.
- Hormona del Crecimiento. Es una hormona anabólica segregada por la hipófisis que produce sus efectos a través de otras hormonas como la IGF1 y las somatomedinas. La secreción de esta hormona tiene lugar durante el sueño profundo y los entrenamientos.
Muchas de las preguntas que hacen los socios de las instalaciones deportivas pueden responderse en base a los cambios hormonales. También explican los efectos de la actividad física en el momento de entrenar y sus efectos a largo plazo.
Este es un resumen de algunas pseudohormonas, mecanismos locales y hormonas que intervienen en el ejercicio. Es de gran interés profundizar en todas las hormonas para comprender sus interrelaciones y los efectos sobre el organismo.