Las razones por las que cualquier persona entrena o practica ejercicio básicamente son dos: mejora del rendimiento y mejora de la salud.
Habrá personas que piensen, «no, yo sólo lo hago por estética, por reducir grasa de esas zonas concretas (cintura, caderas o brazos)«, estas personas las englobo en mejora del rendimiento, porque dentro del rendimiento están las mejoras de cualidades físicas como fuerza, capacidad cardiovascular, movilidad articular, agilidad, potencia y bajar porcentajes grasos, y al bajar porcentajes grasos evidentemente mejora su aspecto estético.
El mundo del ejercicio evoluciona constantemente, al igual que lo hace nuestra sociedad moderna. Antes nuestros padres (deportivamente hablando), entrenadores y profesores venían del mundo del rendimiento, y en estos últimos años, nuestra interacción con el mundo de la salud es imparable.
La relación con médicos, fisioterapeutas y otros sanitarios es íntima, los mayores prescriptores de ejercicio son ellos, y las investigaciones realizadas avalan constantemente la mejora de todos los parámetros, en cualquier tipo de población, con la práctica de ejercicio.
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Esto ha creado un nuevo enfoque, un nuevo prisma que nos enriquece, hace que nuestra profesión un tanto “amateur” se profesionalice, que el rigor científico que tanto nos ha hecho avanzar en el último siglo, también impregne nuestro sector, y tengamos mucho más datos que nos hacen orientar más hacia la salud.
Con esto, sea cual sea tu objetivo con el entrenamiento, nuestro primer freno como entrenadores es la lesión. Nuestro organismo como ser vivo que es, tiene la propiedad de la plasticidad, de adaptarse a nuevas situaciones.
El entrenamiento es una nueva situación en la cual estresamos a nuestro cuerpo para producir una adaptación o mejora. Pero el problema es que nuestros tejidos tienen una tolerancia, y si sobrepasamos ese umbral llegamos a la lesión o daño en estos, frenando toda progresión, y llegando a la antítesis, en vez de mejorar nuestra salud, la empeoramos.
Creemos que por no tener un bisturí o material quirúrgico como los médicos, nosotros no podemos llegar a realizar daños irreparables o irreversibles, que nuestro trabajo con cargas nunca llegará a romper tejidos o erosionarlos para siempre.
Tenemos una visión idílica de que el ejercicio o deporte sólo aporta beneficios, y creo que debemos ser autocríticos y empezar a enseñara a la gente, aunque parezca que va en nuestra contra, que un ejercicio mal prescrito, una dosis excesiva o inadecuada puede producir más daño que beneficio.
Si a esto unimos que cada vez tenemos una población más envejecida y con más enfermedades asociadas, creo que tenemos un cóctel explosivo que debemos saber manejar.
Por esto pienso que cada vez debemos exigirnos como profesionales mayor preparación, para poder afrontar estos retos y ser considerados como profesionales de la salud, la cual mejoramos mediante la prescripción de ejercicio, y trabajar en equipos multidisciplinares con médicos, fisioterapeutas, osteópatas, nutricionistas…
El mundo de la medicina ha avanzado de un modo exponencial, la esperanza de vida en este último siglo en el mundo occidental casi se ha duplicado, pero es una población enferma.
Datos interesantes que avalan esto son que después de jubilarnos la esperanza de vida es de unos 16 años, de los cuales 9 vivimos de un modo independiente y 7 años (un 40%) de forma dependiente.
El 43% de los gastos sanitarios de los Estados son para la población mayor de 65 años. Está muy bien el aumentar la esperanza de vida, pero estaría muy bien el aumentar la calidad de esta vida, “morir joven lo más tarde posible”, y esto inevitablemente pasa por hábitos saludables, entre los cuales son piedras angulares la dieta y el ejercicio, he aquí un gran reto para este siglo XXI.
Sólo el 52% de la población (en España) practica ejercicio, y de esta sólo la mitad con la frecuencia necesaria para producir mejoras, y lo que no sabemos o no valoramos es la calidad de lo que hacen, porque presuponemos que todo ejercicio es beneficioso, ¿cuántas de estas personas que practican ejercicio de un modo habitual, están consiguiendo realmente mejoras en su salud?
Los datos de número de lesiones por horas de practicadas de deporte y ejercicio, creo que no son muy halagüeñas… por poner un ejemplo, entre el 80-90% de los aficionados a la carrera se lesionan al año.
Nuestra filosofía Prehabilitate encaja perfectamente con este concepto, nuestro sistema ha cogido un montón de conceptos, técnicas y ejercicios de diferentes escuelas o autores, como dice Tom Purvis: “Ningún método, técnica, sistema o escuela de pensamiento funciona para todo el mundo. Si quieres ayudar a todo el mundo tienes que tener una buena caja de herramientas llena de diferentes filosofías de trabajo”, con un fin común, mejorar el movimiento de nuestros alumnos, hacerlo más eficiente, para obtener el máximo resultado con el mínimo esfuerzo y menor desgaste de los tejidos.
Esto no quiere decir que puedas entrenar duro, claro que sí, pero siempre en una progresión, de una forma programada y en unos días determinados. Nuestro sistema no es excluyente, muy al contrario es un complemento a tu forma de trabajo: crossfit, fitness, musculación, Pilates, running, etc.
Por lo tanto si quieres mejorar la salud o el rendimiento de tus clientes/deportistas ¡practica Prehabilitate!, ¡Entrena de forma Inteligente!