Hace tiempo, mucho tiempo; un amigo y gran profesional del cual quería aprender el trabajo que hacía me recomendó un libro: “Poder sin límites” de Anthony Robbins.
Aquella misma tarde fui a buscarlo. Quería descubrir el secreto que podía hacer que una persona, si tenía un objetivo, un sueño, y tenía verdadera motivación; podía conseguirlo.
Conservo aquel libro aún con ilusión, como conservo todos los que 21 años después me he ido comprando. Fue mi primera lectura sobre el funcionamiento de nuestra neurología y nuestro aprendizaje según el modelo de la P.N.L. (programación neurolingüística).
Lo que no sabía era que no era mi primera formación en P.N.L.: Años antes había recibido formaciones de la mano de expertos en técnicas de venta y comunicación.
Me encantaba cómo te envolvían y, sin darte cuenta, te hacían ver un mundo que desde sus ojos era maravilloso. Cómo sus productos, sus ideas, sus ilusiones… te movían, te ponían en acción.
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Cuando fue el momento, me reencontré con uno de los mejores entrenadores deportivos que he conocido, Víctor Amat, y de la mano de Víctor vino Laura Actis, Allan Santos, Bernardo Ortin, Robert Dilts, Marina Solsona, entre algunos otros.
Verdaderos maestros en la comunicación y la enseñanza de la Neurología humana y su manifestación entre las personas y los sistemas.
¿Por qué te cuento esto?
Porque todo lo que he aprendido con estas personas me ha servido para entender que realmente todos tenemos márgenes amplios de mejora, de crecimiento personal o profesional, que los retos están para ser alcanzados y que nos podemos marcar nuestro camino en relación a un objetivo.
Pero, aprender todo esto también sirve para saber que, para alcanzar estos objetivos, también es importante conocer la cara B. Es decir, no basta sólo con querer.
Es importante el TRABAJO que hay detrás, en el camino hacia el objetivo, y la verosimilitud de los retos que pretendemos alcanzar. Para poder llegar a una meta que nos planteemos (de cualquier tipo) debemos tener una estrategia previa claramente definida.
- Debemos saber y, mejor aún, debemos escribir, puntos tan importantes como:
¿Qué recursos tengo para poder llegar a conseguir esta meta? (materiales, formación, capital, socios de camino, etc…) - ¿Qué evidencias voy a necesitar poder ir teniendo que me aseguren que estoy en el camino correcto?
- El tamaño del objetivo, ¿es asumible?
- Los pasos necesarios para llegar a este objetivo, ¿dependen de mí?
- ¿Estaré en todo momento de acuerdo con lo que hay que hacer para llegar a esta meta? ¿Lo estará mi entorno?
Con las respuestas a estas preguntas, con un plan para llevar a cabo el trabajo ordenadamente y sobretodo con posibles soluciones a los imprevistos que SEGURO que encontraremos en nuestra hoja de ruta, con reformulación del objetivo en los momentos en que algún paso nos falle, podemos empezar el camino.
Así pues, NO COMPARTO algunas de las actuales tendencias que se traslucen detrás de algunas afirmaciones que podemos leer o ver en algunos textos, videos, manifiestos, frases, etc… en las redes sociales, en algunas revistas, artículos, canales de YouTube o incluso de televisión.
Son afirmaciones basadas en el “sino duele no vale”, “si tienes un sueño, podrás cumplirlo”, “cualquiera puede hacer todo lo que se proponga”, “no dejes que nadie te diga lo que puedes o no hacer”, etc.
Considero que estas afirmaciones acaban fomentando tendencias que llevan actualmente a personas a competir, correr, entrenar, etc… muy por encima de su nivel actual, sin la preparación adecuada, sin supervisión profesional, guiados por vídeos motivacionales, fotos con frases aspiracionales, mensajes y consejos online, verdades de Internet sin contrastar, y demás pandemónium de filosofía de supermercado*.
¿Quién se hará responsable dentro de un tiempo de la cantidad de problemas que vendrán? De salud física y emocional, social, etc. Sencillamente por la mala praxis actual, por la moda impuesta por no se sabe quién y seguida por centenares de practicantes.
Tener sueños es bueno, es necesario, nos motiva y nos impulsa. Querer es poder, efectivamente. La voluntad, la constancia, el sacrificio, son valores básicos en una sociedad y desde luego importantísimos para el desarrollo de una persona, pero, solo por si mismos no nos aseguran el éxito en nuestras metas.
NO perdamos de vista todo el valor del trabajo que se necesita para llegar a ese sueño, a conseguir nuestra aspiración, a llegar con motivación hasta el final.
¿Podemos dejarnos aconsejar por expertos?, ¿podemos aceptar el ritmo que se necesita para el cambio que queremos?, ¿podemos marcarnos objetivos adecuados a cada uno de nosotros sin mirar al vecino? Si quieres… ¿puedes?