La mayoría de los entrenamientos que realizamos para preparar físicamente la temporada de invierno tienen como parte principal la fuerza de las extremidades inferiores y el tronco, y ésta es a menudo desarrollada con ejercicios clásicos de musculación (sentadillas, leg press, leg extension, o leg curl) entre muchos más. Pero el tema que nos ocupa hoy es ¿qué porcentaje de esa fuerza que he desarrollado en el movimiento de musculación seré capaz de transferir al gesto deportivo? ¿Estoy haciendo un buen entrenamiento para el esquí o para cualquier deporte de nieve? Free Style, Free Raid, esquí alpino, snowboard... No importa cual sea tu opción, si notas diferencias entre la fuerza de tus movimientos en el gym y en la pista, la pala o el park; esto te puede ayudar.
La razón principal por la que no vamos al suelo en una curva o en el halfpipe es por que el suelo nos devuelve la fuerza que le aplicamos (acción – reacción) además, tenemos un juego constante de fuerzas: centrífuga (la que nos manda al exterior de la curva) y centrípeta (la que nos hace caer hacia el interior de la curva), sin descuidar la inercia generada por nuestro cuerpo y las aceleraciones producidas por la pendiente.
Para hacer fuerzas que se mantengan en equilibrio necesitamos estabilizarnos de forma continua. Los músculos que trabajamos en una máquina de piernas poco podrán hacer por nosotros en una curva si los músculos pequeños que estabilizan la cadera o la rodilla no han hecho los deberes de pretemporada. Te proponemos que añadas estos ejercicios a tu programa de entrenamiento durante el calentamiento con el fin de mejorar esta relación entre fuerza y equilibrio.
- Equilibrio lateral: es aquél que requerimos para controlar las fuerzas centrífuga y centrípeta. Y con la tabla será el que rija el giro.
- Equilibrio anterior posterior: es el que en esquí rige el inicio del giro y en snowboard proporciona un equilibrio lateral en la tabla.
Hay que tener presente que, aunque el pie esté en un botín, bota etc., también recibe estas fuerzas, aunque aparentemente no las percibamos. No debemos trabajar los músculos implicados de forma individual, debemos trabajarlos en cadena. De este modo conseguimos que la respuesta muscular sea al unísono i coordinada.
Empezando por la planta del pie tendremos los siguientes músculos implicados: peronéos laterales, poplíteo, abductores, glúteo, oblicuo interno, oblicuo externo, serrato, romboide. Todos ellos formando un lazo de acción motriz.
Prepara un programa de entrenamiento en el que todas estas cadenas musculares trabajen coordinadamente y que te permita mejorar su capacidad procioceptiva y tu fuerza global.
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