Las Movilizaciones Articulares pueden usarse en el Masaje Deportivo para mejorar la movilidad de las articulaciones de los deportistas, al liberar restricciones y generar espacio en ellas. Ésta es una técnica manual idónea para el trabajo previo al entreno o la competición.
El uso de las movilizaciones articulares es una técnica de fácil aplicación, muy segura y de resultados excelentes. Veremos sus fundamentos, los beneficios que aportan y la forma de aplicarlas. Las movilizaciones articulares pueden mejorar el rendimiento deportivo, tanto en deportistas de alto nivel como en aficionados.
No debemos confundir las movilizaciones con las manipulaciones o «trust». Una manipulación es un movimiento que hacemos en una articulación, a alta velocidad y con un corto recorrido. Son las típicas maniobras que hacen un crujido al hacerlas. A pesar de que gozan de gran popularidad, se ha visto que su eficacia es limitada. En conclusión, las palabras «movilización» y «manipulación» son muy parecidas y por eso es importante distinguirlas.
Qué son las movilizaciones articulares
Las movilizaciones articulares consisten en producir una serie de movimientos mínimos, llamados micro-movimientos. El movimiento se hace en las tres dimensiones del espacio. Los micro-movimientos no son desplazamientos de gran amplitud. Por ejemplo, la flexión del codo o la extensión de la rodilla son grandes movimientos de las articulaciones. Estos movimientos visibles, se llaman macro-movimientos y sirven para desplazarnos o alcanzar objetos.
Los micro-movimientos que hacemos en las movilizaciones son de muy corto recorrido. Por ejemplo, si analizamos la rodilla, veremos que tiene movimientos de flexión y extensión y, de rotación interna y externa. Las movilizaciones articulares que deben hacerse en la tibia son:
- Movimientos de la tibia hacia adelante y hacia atrás
- Desplazamientos a la derecha y a la izquierda y,
- Compresiones y descompresiones.
Este ejemplo se puede trasladar a cualquier articulación del cuerpo.
Qué efectos tienen estas técnicas
El rango de movilidad articular permite alcanzar mayores distancias en los gestos deportivos. La movilidad de las articulaciones depende de:
- La anatomía de la articulación; o sea, el encaje de los huesos y los cartílagos
- El contacto de las masas musculares, por su volumen.
- La elasticidad muscular que permite el mayor o menor acercamiento de las inserciones.
- El tono de la musculatura. Si está rígida, restringe, si está relajada permite más movimiento.
Por otro lado, la movilidad articular, está influenciada por la presencia de cicatrices, adherencias de colágeno o por la coordinación nerviosa.
Además de lo anterior, otros aspectos que no se tienen son los de la situación interna articular. Son restricciones de este tipo:
- Los pequeños desplazamientos de las carillas articulares.
- Las adherencias de la cápsula articular o de los ligamentos.
- El desequilibrio de los músculos periféricos a la articulación.
Estas restricciones también limitan el rango de movimiento. Sin embargo, el problema es que son disfunciones muy pequeñas que no se pueden ver a simple vista.
Las movilizaciones articulares en el masaje deportivo: efectos
El pequeño movimiento de la articulación en tres dimensiones tiene varios efectos:
- Al desplazar los huesos modificamos el contacto de las superficies articulares. Este movimiento recoloca los cartílagos articulares. Es decir, se hace un «reset» anatómico de la articulación.
- La cápsula y los ligamentos pueden estar adheridos o tener cicatrices que bloquean la articulación. Estas adherencias o cicatrices pueden deshacerse al ponerlas en tensión con la técnica.
- El desequilibrio de los músculos que rodean la articulación, se reorganiza por la movilización, al tirar de ellos en varias direcciones
- Los nervios sensitivos y motores cambian su actividad. Es decir, se hace un «reset» neurológico de la articulación.
La ventaja de todos estos efectos es que la articulación gana espacio. Con esto, nos referimos a que tiene más libertad de movimiento porque todos los elementos de la misma están mejor organizados. Esta optimización hace que el rango de movimiento sea mayor. Por esto, el deportista puede hacer zancadas más largas o llegar más lejos en su gesto. Es decir, mejora su rendimiento.
Por otro lado, por el hecho de que el movimiento tiene menos limitaciones, es más eficiente. Es decir, gastamos menos energía para hacer la misma actividad. Por ejemplo, si es más fácil mover la cadera o la rodilla, gastamos menos energía al correr. Este ahorro de energía hace que la fatiga llegue más tarde. Podemos hacer una marca mejor o realizar la actividad durante más tiempo.
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Cómo se hacen las movilizaciones articulares
La técnica de las movilizaciones articulares es muy sencilla. La técnica consiste en agarrar los extremos cercanos a la articulación. Por ejemplo, en la rodilla agarramos el fémur por encima de la rótula y la tibia por debajo de la misma. El agarre debe ser firme pero no tanto como para que sea molesto para la persona.
Una vez hecho el agarre, desplazamos los extremos de lado a lado. Notaremos un ligero movimiento, elástico pero corto. A la vista, podremos ver como un hueso sobresale, un poco, con respecto del otro. Primero empezaremos por un movimiento lateral. Sería algo así como «desmontar» la articulación por los lados. En la maniobra podemos notar crujidos o topes duros.
De la misma manera, moveremos los huesos hacia adelante y atrás. Es como si quisiéramos desmontar la articulación al frente o atrás. En la rodilla, por ejemplo, nos frenarán los ligamentos cruzados. En tercer lugar, haremos un movimiento presionando un hueso contra otro o estirando a lo largo, separándolos. Comprimimos el cartílago articular y luego, lo soltamos. Hacemos un movimiento de movimiento de líquidos, como si estrujásemos una esponja.
Finalmente, podemos hacer un movimiento de circunducción, moviendo los huesos en forma de cono, como una manivela. Al pasar por todas las posiciones, hacemos un trabajo global de la articulación. Notaremos crujidos, tensiones, bloqueos, etc. Estos signos informan del historial de la articulación. Al pasar por cada zona, estamos haciendo un tratamiento de esas «heridas».
Algunas articulaciones se movilizan de forma diferente. Por ejemplo, la articulación acromioclavicular. En este caso, sujetamos la cabeza de la clavícula y movemos el hombro. Bajo los dedos notaremos como rueda la clavícula respecto al esternón.
Precauciones en la aplicación de las movilizaciones articulares
A la hora de aplivar las movilizaciones debemos tener cierts precauciones. Entre ellas tenemos:
- Infecciones o inflaciones agudas.
- Lesiones previas o intervenciones quirúrgicas
- Huesos frágiles, por un reposo prolongado o por falta de nutrientes
- Fracturas antiguas mal consolidadas o con callos voluminosos
- Inestabilidad articular
Las movilizaciones articulares en el contexto del masaje deportivo
Las movilizaciones articulares usadas por el masajista deportivo son de gran interés para la mejora del rendimiento del deportista. Al crear espacio en la articulación y eliminar bloqueos mejora la amplitud de movimiento. La pequeña restricción produce una gran limitación. Pequeños desbloqueos producen grandes mejoras en el rendimiento.
Las movilizaciones articulares son unas técnicas que se pueden complementar con otras técnicas aplicadas por el masajista deportivo. Entre ellas, podemos citar, las movilizaciones miofasciales, los estiramientos o los propios amasamientos musculares.
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Referencia: Anatomía de las articulaciones