“Querido Joseph, fue en legítima defensa”
Eso es exactamente lo que le diría a Joseph Pilates si él me preguntase por las razones que motivan este artículo.
Llevo 6 temporadas siendo el profesor titular de las formaciones de Mat Pilates en Orthos Madrid, y más de 13 años ejerciendo como entrenador personal de Mat y Studio Pilates.
He tenido la gran suerte de poder asistir a la entrada, implantación y asentamiento del método en nuestro país.
He sido testigo de cómo se han hecho las cosas a todos los niveles, en lo referente al devengo de servicios del Método Pilates, tanto en pequeños y exclusivos Studios como en grandes Instalaciones Deportivas, privadas y municipales.
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Por ello, y basándome en toda esta experiencia teórica y práctica, me dispongo a dar mi opinión sobre la eterna controversia de qué es el método Pilates y qué no lo es.
Dejando aparte cómo los amantes del “Imprint” se han ido transformando hasta el punto de negarlo y ser adoradores del “Neutro” (bienvenidos sean todos), sí que me gustaría defender a la escuela que represento, primera escuela que a nivel nacional se posicionó con claridad ante el “Neutro” como un objetivo a conseguir (y ese favor que nos hizo), de los ataques que, más asiduamente de lo que me gustaría, llegan a mis oídos.
Doy por hecho que todas las escuelas de formación tienen intereses comerciales, así como que los formadores de profesores de Pilates no nos alimentamos del Prana, pero… señores… de ahí a decir que unos son “Los Clásicos”, y otros no… va un mundo.
Porque, sí nos ponemos “Clásicos”, habría que leer lo referente a la columna que Joseph Pilates dejó escrito en su libro Return to life through Contrology que a continuación paso a transcribir:
[…] “Por causa de las malas posturas, prácticamente el 95% de la población padece distintos grados de curvatura espinal, por no hablar de afecciones más graves. En un niño recién nacido, la espalda es plana, porque la columna está recta. Naturalmente, como todos sabemos, ése es exactamente el propósito de la naturaleza, no sólo para ese momento sino para toda la vida. Sin embargo, ese estado ideal raramente se da en la vida adulta. Cuando la columna se curva, el cuerpo entero pierde su alineación natural y queda desequilibrado.” […]
Y continúo transcribiendo por sí no te crees haber leído lo que has leído:
[…] “Sin repeticiones innecesarias, se ofrecen los siguientes datos en relación con la materia de estas observaciones (la anatomía de la columna vertebral humana):
- El conocimiento empírico del mecanismo de la columna vertebral es trágicamente insuficiente. Esta deplorable falta de conocimiento basado en datos es la causa primaria de la actual aceptación de los estados anormales o subnormales como normales, lo cual a su vez es causa de la práctica totalidad de las dolencias que afligen a la humanidad actualmente.
- La curvatura de la columna, según explican y describen los anatomistas, es el estado en que, en general, se encuentra habitualmente el cuerpo humano, pero en lugar de ser aceptado como normal, debería en realidad considerarse como anormal o subnormal, según el caso.
- Prácticamente el 95% de las personas examinadas padecen una curvatura anormal de la columna.
- Indudablemente, es esa misma “tendencia preponderante de los datos” (la deformación del 95% de las columnas) lo que conduce a los principales anatomistas y a otros a la falsa conclusión de que, puesto que son tantos quienes presentan esa curvatura, ése es el ideal y, por tanto, el estado normal de la columna vertebral humana
Es más, se sostiene que esa curvatura de la columna es necesaria, no sólo para dotarla de mayor resistencia, sino también para que pueda absorber mejor las vibraciones a las que es sometida constantemente”. […]
A la luz de lo que Joe dejó así escrito, uno podría llegar a plantearse en aquella época, sí a este respecto Joseph Pilates era un genio iluminado o un inventor chiflado. Pregunta de fácil respuesta hoy en día. En lo tocante a la columna vertebral: chiflado chifladísimo.
Porque la verdad es que todo lo que J. Pilates promulgaba sobre columna vertebral está ya superado por la inmensa mayoría, incluso por los que se hacen llamar “Clásicos”. Sin embargo, son estos mismos autodenominados “Clásicos” los que se autoensalzan también como adalides de la espalda sana. No sé… algo no cuadra…
En todo lo tocante a columna vertebral, recomiendo sobremanera la lectura de los libros de Stuart McGill. Para quien no sepáis quien es, creo que es una de las personas que ha realizado más estudios, con mayor seriedad y rigor científico, sobre la columna vertebral, relacionándolo con el mundo del ejercicio y las lesiones.
Siguiendo con la exploración de qué es el método Pilates y qué no lo es, sí que hay un tema que me gustaría tratar brevemente. Me refiero al debate existente sobre la manera de transmitir las informaciones del método.
Los autodenominados “Clásicos” te dirán que no toques al cliente y que estés todo el tiempo hablando como un papagayo para darle muy buena información verbal y visualizaciones. Justo lo contrario de lo que hacía Joseph Pilates.
Por lo que podemos observar en el material histórico de video de que disponemos actualmente con Joseph Pilates en primera persona entrenando a clientes, Joe tocaba mucho y hablaba poco; y las instrucciones visuales las hacía con su propio cuerpo.
Como muestra os dejo el siguiente video:
Aquí quiero dejar claro que soy partidario de dar información verbal y visual hasta el exceso. Pero que digan que yo no soy “Clásico” y ellos sí, con la bandera de un supuesto linaje como único argumento… no sé… no me parece justo, ni ajustado a la realidad.
Por ello, me gustaría poner el foco en el hecho de que, si como profesor/a de Pilates hablas continuamente a tus alumnos sin descanso y con mucha información “mental”, les dificultas (y casi imposibilitas) que puedan “escuchar al cuerpo” porque te tienen que estar escuchando a ti.
Por eso, estoy convencido de que Joseph Pilates estaría horrorizado de ver cómo muchos profesores hablan y hablan sin parar, con tono de voz marcial, marcando tiempos para todo el mundo iguales, sin dejar ni un segundo de silencio para que la persona se centre y despierte la intuición animal que él tanto proclamaba.
Para ilustrar este punto, os transcribo lo que Joe Pilates dejó por escrito al respecto en su libro:
[…] “La Contrología no es un fatigoso sistema de ejercicios insulsos, tediosos y detestados, repetidos diariamente hasta la saciedad. Tampoco exige asistir a un gimnasio o comprar costosos aparatos. Las únicas reglas inmutables que tiene que obedecer conscientemente son seguir siempre fielmente y sin desviaciones las instrucciones que acompañan a los ejercicios y mantener siempre la mente completamente concentrada en la finalidad de los ejercicios mientras los ejecute. Esto es esencial para que pueda obtener los resultados buscados, de otro modo, su interés por la Contrología no tendría justificación válida. Es más, tiene que aceptar los consejos adicionales con la misma fidelidad. Recuerde que se está enseñando a sí mismo a hacer las cosas bien.” […]
Finalmente, me gustaría terminar este artículo declarando públicamente mi admiración por un hombre -Joseph Pilates- y mi amor y respeto por un método -La Contrología- que lo son todo en mi vida y que me lo han dado todo a nivel personal y profesional.
Asimismo quiero dejar constancia de mi militancia a favor de un método Pilates abierto, evolucionado y evolutivo, adaptado a los nuevos conocimientos y garante de la felicidad humana, tal como Joseph Pilates hubiese deseado.