Tener una espalda sana depende de varios factores: musculares, de movilidad articular nerviosos,… Si nuestra espalda está alineada, móvil y sin dolor nos garantizamos una mayor higiene postural y, a la larga, menos desgaste vertebral, menos dolor y mayor calidad de vida. De forma ordenada y completa, la lista de condiciones para considerar que la espalda está sana es: que esté libre de dolor, alineada, con una movilidad amplia y simétrica; y que la musculatura que hay a su alrededor esté equilibrada.
Una espalda sana: libre de dolor
El dolor de espalda puede proceder de muchos tejidos: hernia discal, esguince de ligamentos, rotura muscular, infecciones, pinzamiento nervioso, cólico nefrítico, etc. Una persona activa, que no ha padecido lesiones ni enfermedades degenerativas y que tiene una buena postura, no padecerá dolor en la espalda.
La lesión «irrita» un nervio y se produce un impulso nervioso que se percibe como dolor. Además, pone en marcha otros impulsos que pueden provocar contracturas, alteraciones viscerales, ansiedad, etc.
Alineamiento correcto
El alineamiento correcto de las vértebras hace que la carga que se ejerce sobre los discos y los cuerpos vertebrales sea uniforme. Recordemos que el cuerpo de una vértebra está sobre otro por medio del disco intervertebral. Al estar repartida la presión, la unión intervertebral tiene menos puntos de sobrecarga y se desgasta más lentamente. A la larga, se previenen problemas como la degeneración de los cartílagos o la artrosis, por ejemplo.
Rango de movimiento amplio, simétrico y distribuido correctamente
La articulación intervertebral es una «rótula» que tiene movimiento en las tres dimensiones del espacio. La columna puede moverse parte para a parte, de forma independiente en cada segmento.
Esto significa que podemos hacer un giro del cuello (cervicales) hacia la derecha y rotar la columna lumbar hacia la izquierda. La columna se comporta de forma armónica y las transiciones entre los diferentes sentidos de movimiento es suave.
La columna vertebral se mueve de una forma serpenteante. Cuando nos estiramos para intentar alcanzar nuestra máxima altura, el raquis se endereza y las curvas naturales se suavizan. Podemos considerar que se está aplicando el principio de la ELONGACIÓN AXIAL.
Disociación vertebral
Si realizamos un movimiento en el que cada vértebra se mueve de forma individual, entonces estamos aplicando el principio de ARTICULACIÓN DE LA COLUMNA.
El Rango de Movimiento (R.O.M.) es también importante. Al considerar la salud de la columna, una persona con un R.O.M. amplio y simétrico tiene más facilidad para moverse. Los gestos son más precisos y eficientes, hay ahorro energético y por tanto nos movemos con mayor libertad. La persona tiene más energía. La movilidad entre dos vértebras consecutivas es pequeño, pero si sumamos todos los movimientos de cada segmento intervertebral, la amplitud de movimiento de la columna en su conjunto es muy grande.
La amplitud del R.O.M. depende de factores estructurales (óseos), articulares (discos, ligamentos,…) y musculares.
Equilibrio muscular
La columna vertebral se mantiene recta por una multitud de músculos que actúan como tirantes que soportan un poste. Los músculos paravertebrales, cuadrado lumbar, dorsal ancho, oblicuos, trapecio, escalenos, etc. son estabilizadores activos. Se logra así un equilibrio ascendente de cada articulación intervertebral. Si los músculos no están equilibrados (contracturados, rígidos, poco elásticos) la columna sube torcida.
El desequilibrio muscular puede producirse de muchas formas. Un traumatismo directo que haya dejado una cicatriz, una escoliosis por un grupo muscular acortado y que estira al opuesto, son ejemplos de esta situación.
Espalda sana y actitud postural
Las diferentes posturas (encorvada, hiperextendida, pelvis adelantada,…), pueden asociarse a los músculos que están excesivamente activos (hipertónicos o acortados) o los lo están poco (hipotónicos o atrofiados).
Una persona que adopta una postura inadecuada no es consciente de que está mal colocada. Debemos buscar métodos que permitan mediante el autoconocimiento corporal, cuál es nuestra postura correcta. Tener una espalda sana es también, autoconocimiento personal.
La postura está relacionado con aspectos psicológicos y emocionales. Si una persona siempre va con la cabeza baja, tendrá más tendencia a la depresión. Si por el contractura una persona tiene una actitud rígida o «militar» tendrá tendencia a la esquizofrenia. Una advertencia: no hagamos de psicólogos sólo por ver una postura. Este tema del que estamos hablando es un factor más en el estudio de la personalidad de las personas.