Empecemos por el principio…
Frecuentemente atribuido a HIPÓCRATES DE COS, 460 a. C., padre de la Medicina Occidental, forma parte del código Deontologico de los profesionales de la Medicina.
También es el título lee un libro de un magnifico neurocirujano británico, llamado Henry Marsh, donde narra sus experiencias vitales como neurocirujano (una de las ramas más complejas de la medicina), explicando sus “victorias y fracasos”, como afrontarlos, teniendo la humildad y valentía de contar estas experiencias.
Hace tiempo que vengo abogando para que el ejercicio y sus profesionales deban ser considerados como ramas de la salud.
Pienso que cada vez hay más información y datos que avalan al ejercicio como una las más potentes armas en la lucha para el mantenimiento y mejora de la salud, independientemente del estado físico, funcionalidad y patologías del paciente.
Por esto también asumo principios de la Medicina, como principios en la prescripción de ejercicio. En cambio en nuestro sector está muy arraigado que el “ejercicio debe doler”, y que hasta que no sobrepasamos ese umbral, no se producirán esas mejoras estéticas o de rendimiento por las que nos esforzamos en el gimnasio o centro de Fitness.
Ejercicio, dolor
Los practicantes de ejercicio tienen asumido que tienen que convivir con dolor, los deportistas de competición ven con naturalidad comenzar su rutina con dolor, y conforme calientan o se activan ese dolor va desapareciendo y pueden incrementar la intensidad de su trabajo.
Se admira en las redes sociales, o en los medios de comunicación, a aquellos practicantes que entrenen o compiten hasta desfallecer.
Como si una carrera, una competición, o un entrenamiento mereciese la pena una lesión que no sabemos que repercusiones puede tener en su futura calidad de vida o salud.
Cada vez me encuentro más deportistas con dolores o patologías que corresponden a gente de más edad, personas con grandes limitaciones, y cuando les pregunto sobre que les recomiendan sus entrenadores, estos nunca se sienten responsables de sus patologías o disfunciones, siendo la misma práctica deportiva el culpable de esas lesiones, y siendo el médico o fisioterapeuta el profesional de solventarlas.
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Ejercicio, salud
Si queremos que el ejercicio sea salud debemos de desterrar este concepto.
Por supuesto que el ejercicio significa sacrificio y esfuerzo, las barreras entre molestia o disconfort que podemos sentir entrenando, son difíciles de separar o definir respecto a dolor, pero creo que estamos yendo demasiado lejos en esta sociedad tan competitiva y a la que le gusta crear mitos y héroes a los que admirar y emular.
Una de nuestras propuestas en Prehabilitate, que creo que debe asumir todo profesional prescriptor de ejercicio, es este principio Hipocrático de “ no hacer daño”.
El dolor es una de las señales que emite nuestro organismo para decirnos que hay algo que no le gusta y que cambies de conducta.
Sino la respetas, la repuesta de tu organismo será provocar más dolor, o cambiar de estrategia motora, lo cual para tu deporte o ejercicio puede ser un auténtico desastre.
Por lo tanto investigar que movimientos o ejercicios provocan dolor debe ser clave en la agenda de cualquier entrenador, y esta es una de las piezas angulares en nuestra formación de Prehabilitate.
Articulaciones
Otro punto clave es saber que limitaciones podemos tener en un rango articular (es decir cuánto se mueven nuestras articulaciones), porque esos rangos se lo vamos a exigir en el deporte o ejercicios, y lo que no se tiene…no se tiene, si es un problema estructural, por mucho que insistas…a no ser que tengas martillo y cincel, y creo que ese dio es nuestro campo de competencias.
Investigaremos para ver si lo podemos incrementar con trabajo de estabilidad articular, una grana olvidada en el entrenamiento y bajo nuestra perspectiva una de las mayores fuentes de futuras lesiones.
Cuando nos preguntan que es Prehabilitate, mi respuesta es investigar que “cosas” trae tu cliente/paciente, para mejorar su funcionalidad a través de la fuerza, estabilidad y control motor.
Es preparar lo mejor posible a tu cliente para que disfrute del deporte y ejercicio que le guste creando el menor daño posible, durante el mayor tiempo posible.
Si quieres saber más sobre las herramientas que usamos para mejorar tu rendimiento físico y salud, manteniendo a raya tus lesiones y dolores, empieza a tener como guía el conocimiento de tu cuerpo.
Por ejemplo, investigar de que herramientas dispones con cada cliente para saber que puedes hacer y que no puedes hacer para no crear más daño o alteraciones, y como deben ser las progresiones para llegar a ese rendimiento que requiere el deporte que practica o la actividad física de la que disfruta.
Por: Javier Labrador