Autor: Alvaro Puche
Pero si yo corro, a mí lo que me gusta es el cardio (Mito número 6)
A ti, amante empedernido de las actividades cardiovasculares, aficionado al circuito de carreras populares, triatleta, ciclista recreacional,… el entrenamiento de fuerza te interesa mucho.
Una selección de estímulos de fuerza adecuados ayudará a mejorar el rendimiento deportivo, permitirá compensar ciertos patrones o alteraciones no deseadas fruto de las acciones repetidas que requiere la modalidad deportiva de la carrera y además, previene de múltiples riesgos de lesiones deportivas que la mayoría vienen precedidas de una carencia de masa muscular y una estabilidad articular reducida.
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Necesito tener un gimnasio con todo el equipamiento (Mito número 7)
Si eres de los que tiene la creencia de que si no tienes todo el material habido y por haber a tu disposición no podrás hacer un entrenamiento de fuerza óptimo, quiero que sepas que no es así.
Las variantes y adaptaciones las que un profesional cualificado te podrá presentar a modo de alternativa eficaz para que puedas entrenar aún en condiciones de austeridad en equipamiento deportivo. Autocargas, bandas elásticas, poleas,… son también medios válidos para el desarrollo de buenas sesiones de entrenamiento de fuerza.
Me duele la espalda, por eso no hago entrenamiento de fuerza (Mito número 8)
Precisamente por dejar de entrenar la fuerza y estimular a tu tejido muscular es por lo que probablemente tu dolor de espalda no remita. Largas jornadas sentados, un notable descenso de movimiento y la ausencia de un buen programa de fortalecimiento muscular van a ser grandes hándicaps para poder superar esas molestias que llevas arrastrando desde hace un tiempo.
No esperes más y ponte en manos de un profesional del ejercicio físico. Bien aplicado, es una herramienta que hará de tu vida una vida mejor, una vida sin dolor. Muévete mucho y aprende a moverte bien.
Yo ya estoy muy mayor para eso (Mito número 9)
Esta es otra de las creencias erróneas más extendidas entre nuestros mayores. Démosle la vuelta al enunciado y ganaremos calidad de vida a raudales. Y es que es precisamente cuando dejas de hacer cosas como entrenar en general y entrenar la fuerza en particular, cuando comenzamos a envejecer prematuramente.
Precisamente por tener una edad biológica cada vez mayor es por lo que tienes que entrenar aún más. Tu nivel de hormonas anabólicas desciende, tu metabolismo tiende a ralentizarse, la sarcopenia (pérdida de masa muscular a partir de la cuarta década de edad) y la dinapenia (pérdida de fuerza) junto con la osteopenia (degradación ósea) se presentan en tu vida… y hay que plantarles batalla. ¿Cómo? Pues con el entrenamiento de fuerza.
En múltiples estudios, muchos de ellos encabezados por el Catedrático de la Universidad de Navarra, el doctor Mikel Izquierdo, muestran cómo el entrenamiento de fuerza previene una sucesión de acontecimientos negativos en cascada: mejora la calidad de vida tanto real como percibida, ayuda en la prevención de caídas, evita la dependencia, mejora la funcionalidad en las actividades de la vida diaria,… ¡en octogenarios y nonagenarios! Luego, nunca es tarde para ganar salud.
¡No hasta los 16! (Mito número 10)
Algunas falsas creencias sobre el entrenamiento de fuerza en menores nos han llevado a creer que pueden repercutir negativamente a su desarrollo óseo, que se quedarán bajitos, que no es saludable,… pues bien, nada más lejos de la realidad.
En la actualidad ya tenemos la suficiente evidencia tanto científica como clínica para cambiar nuestro paradigma en este sentido y empezar a valorar y a dar la importancia que tiene al entrenamiento de fuerza en niños.
Siempre estamos dando por supuesto que este entrenamiento estará programado, dosificado y supervisado por un profesional del ejercicio físico competente. Si quieres que tu hijo y tu hija crezcan fuertes y sanos y que su desarrollo tanto físico como cognitivo sean óptimos, entonces ponlos en las manos adecuadas y que la fuerza haga el resto.
Conclusión
En resumidas cuentas, recalquemos el potencial que el entrenamiento de fuerza y la estimulación de la síntesis muscular van a tener para todo y para todos. Los beneficios del ejercicio físico de fuerza correctamente diseñado, dosificado, adaptado y supervisado son superlativos a todos los niveles.
Ponte en manos de profesionales cualificados y competentes y comienza a mejorar tu vida y a derribar barreras. Los falsos mitos ya han dejado de serlo.