Hoy escribo para vosotros este artículo después de haber encontrado esta noticia que me ha sobtado un poco: «Pascual lanza un entrenador personal a través de Facebook».
Ante todo, me gustaría recalcar que ni yo, Santiago Jacomet, ni ORTHOS como Escuela e Institución tenemos nada en contra de Pascual ni de la agencia que ha desarrollado esta campaña para ellos, Tiempo BBDO.
Simplemente, como Director Académico de una de las Escuelas responsable de la formación de cientos de profesionales que se dedican (con gran pasión y diligencia) a la práctica de esta profesión que es entrenamiento personal, me siento autorizado a expresar mi opinión al respecto de iniciativas como ésta. Es evidente que las nuevas tecnologías se imponen y que podemos sacar mucho provecho de ellas.
En ORTHOS mismo apostamos muy fuerte e ininterrumpidamente por ofrecer canales digitales a nuestros alumnos y potenciales alumnos, canales a través de los cuales transmitir conocimiento, como este mismo blog o como nuestra creciente página de Facebook. Sin embargo, hay ciertos límites que no deberían sobrepasarse.
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Entiendo que ciertas marcas quieran posicionar su imagen bajo el concepto «cuidado de la salud» por medio de asociaciones con «entidades o imágenes saludables»; y en este caso, con la imagen que transmite un entrenador personal… y sin embargo: ¿Qué es un entrenador personal por Facebook?
En mi opinión, es más bien poco, y lo voy a argumentar brevemente:
- Un entrenador personal es una persona que atiende a otra persona, personalmente. Si la relación está mediada, aunque sea interactivamte, el desempeño que puede ofrecer este profesional se ve muy mermado.
- El proceso del entrenamiento personal requiere de valoraciones, comunicación verbal, valoración táctil, motivación durante el trabajo, correcciones… ¿cómo se va a hacer todo eso a través de Facebook? No creo que pueda ofrecerse este tipo de (necesarias) interacciones, de modo que tildarlo de entrenamiento personal me parece, cuanto menos, arriesgado.
- El proceso de comunicación que incluye la proxemia, el uso de las expresiones faciales y el tono de voz, el lenguaje corporal, ¿se controlará por Facebook? ¿Cómo podremos ofrecerle a ese cliente que necesita sentirse mimado el cariño necesario para que se sienta realizado con su entrenamiento? ¿Cómo podremos motivar a esa persona que necesita que le den caña para superarse?
Quizá la vertiente crítica de este artículo pueda estar referida únicamente al uso de ese término, aunque en el mismo post de Pascual ellos hablan de entrenador virtual (mucho mejor).
Pero este artículo no es una crítica. Es una reflexión sobre la forma en la que se usan términos que tienen significados muy concretos para referirse a cosas que para nada se ajustan a sus especificidades.
Los que me conocéis ya sabéis qué opino de este tipo de iniciativas, y los que no, han podido ver cuáles son mis argumentos. La cuestión es: ¿qué hacemos? No me sirven lamentaciones, quejas o desautorizaciones.
Lo que podemos y debemos hacer es trabajar mejor, cuidar a nuestros clientes y, todo lo que no se puede dar en persona, ofrecerlo; con emoción, con la pasión del trabajo bien hecho cada día.
En el entrenamiento personal se establece un vínculo persona a persona y la comunicación fluye por muchos canales. Todo esto no puede darse vía web. Los aspectos de los que hablamos son los importantes, y dependen de nosotros.
Si hacemos bien lo que es importante y que está en nuestras manos, nunca podrán substituir nuestra profesión por un conjunto de pantallas, por muy bien organizadas que estén.
De entrada, este tipo de cosas me apenan un poco… pero, si lo pienso bien, me alegra mucho que algunas marcas vean que tenemos algo que les es deseable y que lo quieren usar para mejorar su imagen.
Lo único que van a lograr es que nuestro trabajo se perciba como algo importante y de calidad, pero no sustituible por otros medios!
Este es un artículo de opinión, así que nada nos gustaría más que saber qué es lo que opináis vosotros, profesionales de este sector!