Según la tradición china, los puntos de acupuntura forman una red de meridianos a lo largo del cuerpo. El estudio de la acupuntura (aunque no se trate de una terapia manual) en muy interesante desde la perspectiva del modelo de tensegridad.
La tensegridad es una forma de entender las estructuras de ingeniería y biológicas basada en compresiones y tensiones, es decir, columnas y cables. En el caso de los seres vivos, esas funciones las hacen los huesos y la fascia (sobre todo el colágeno).
Las agujas metálicas, al interferir con los huesos (periostio), tendones, ligamentos y otras partes de la fascia en general, cambian y ponen en marcha sus propios mecanismos mecánicos y eléctricos (recordemos que los tejidos biológicos tienen actividad eléctrica continuadamente).
Según algunos estudios recientes, los meridianos y los puntos de acupuntura coinciden con zonas de diferentes capas de la fascia, puntos gatillo e inserciones tendinosas.
Al colocar una aguja de acupuntura, el terapeuta percibe una sensación como que la aguja quede “agarrada”, al entrar, como si le estirase. Algunos estudios demuestran que los movimientos de giro que se realizan con la aguja generan una madeja de tejido conjuntivo fascial y los “cables colágenos” se enrollan alrededor de ella.
El acoplamiento entre la aguja y el tejido conectivo puede deberse a la tensión superficial o a fenómenos eléctricos. Los fibroblastos, las células “madre” del tejido conjuntivo posiblemente se contraen por la polimerización o contracción de actina (más conocida por su presencia en el músculo); contracción provocada por la aguja.
Una vez acoplados, aguja y tejido, las rotaciones o movimientos de tracción-presión deforman los tejidos que hay alrededor. Se produce una “onda” de contracción de tejido conectivo y de activación celular que se expande por la fascia. Las señales mecánicas se pueden convertir en mediadores de información a nivel celular o transducidos (“convertidos”) en señales bioeléctricas o bioquímicas.
A su vez, hay cambios en la matriz fundamental o el líquido intercelular que puede modificar la información hacia las células por estrés mecánico o eléctrico y esto puede ser una forma importante de comunicación entre diferentes tipos de células.
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Se ha demostrado que puntos de acupuntura coinciden con la intersección de múltiples planos fasciales. Casi todos los puntos coinciden con planos de tejido conectivo inter o intramuscular.
Se puede concluir que la inclusión de una aguja y su “grumo” de tejido conectivo cambia el sistema de tensegridad, en su forma y tensión; y que el efecto de la acupuntura puede explicarse al menos parcialmente por un potente mecanismo informativo y efectos de flujo de materia y energía.
La red de puntos de acupuntura y meridianos se acopla con la red de tensegridad fascial que alcanza a periostio, perimisio, pleura, peritoneo, meninges y vísceras. El información eléctrica, mecánica o bioquímica transmitida por la fascia puede tener potentes funciones de integración de los órganos y sistemas, haciendo que se ajusten correctamente.
Podemos suponer que por medio de una aguja enlazada a la malla fascial nos permitirá movilizar tejidos y líquidos, liberar restricciones y activar puntos de inhibición liberando los mecanismos de curación interna del cuerpo.
Un estímulo mínimo es la información suficiente para iniciar el proceso curativo. Así podemos explicar el efecto curativo de la acupuntura desde un punto de vista occidental.