1. Comer es importante
Pocas cosas vamos a hacer tantas veces en nuestra vida que sean tan necesarias y a la vez tan disfrutables como alimentarnos (intento pensar otras pero solo me vienen a la cabeza bizarradas, si a vosotr@s se os ocurre alguna confesable ponedla en los comentarios).
Nutrirnos es algo que hacemos desde antes incluso de nacer, a través del cordón umbilical que nos une a nuestra madre. Y una vez llegamos al mundo seguiremos haciéndolo mediante la acción de comer, que no es otra cosa que ingerir alimentos presentados en innumerables formas y estados, hasta el fin de nuestros días.
Pero alimentarse no solo es importante porque solemos hacerlo varias veces al día durante toda nuestra vida, sino porque es el único modo de obtener la materia prima de la que estamos compuestos, es decir, al comer aportamos los materiales para crear, renovar y desarrollar cada célula de nuestro cuerpo, aquello que ves cada mañana en el espejo (incluido lo que está por dentro), pues como si se tratara de un iceberg es solo una pequeña parte de lo que somos y hemos de nutrir.
Imaginaos si es necesario saber más acerca de estas materias primas y las funciones que cumplen en nuestro organismo.
Conoce nuestro curso de Nutrición DeportivaVER CURSO
2. Relación entre Nutrición y Entrenamiento
Si todo lo dicho en el punto anterior tiene importancia para cualquier persona, pensad cómo de importante será en aquell@s que queremos mejorar nuestro rendimiento, nuestra apariencia física y nuestra salud.
La nutrición nos aporta todos los compuestos y la energía necesaria para cubrir las demandas derivadas de la práctica de ejercicio físico y la realización de cualquier deporte.
Por un lado, las personas que practican ejercicio físico requieren más energía para poder acometer dichos esfuerzos, y cuanto más ejercicio, más intenso y más frecuente sea la práctica de este, más energía necesitarán. ¿Verdad que te dura menos la batería del móvil navegando por Facebook, Instagram y utilizando el WhatsApp que cuando lo tienes en el bolsillo en modo avión? Pues eso.
Pero es que además estarán incrementadas sus necesidades tanto de macro como de micronutrientes (ya sabéis, proteínas, glúcidos y grasas, además de vitaminas, minerales y agua).
Y estas necesidades serán diferentes si el tipo de esfuerzo al que se somete esa persona es de alta intensidad y corta duración, de baja intensidad y larga duración, si su objetivo es el aumento de fuerza y masa muscular o su objetivo es de pérdida de grasa.
3. Derribar los Mitos sobre Nutrición.
Cuando imparto el curso de Nutrición Deportiva me llama muchísimo la atención que; quienes más se sorprenden al decir cosas como que se puede entrenar con el estómago vacío sin afectar al rendimiento en entrenamientos de alta intensidad, que no es necesario hacer cinco comidas al día para perder grasa, que las dietas hiperproteicas no dañan los riñones en personas sanas, o que la mayoría de los suplementos nutricionales no sirven realmente para nada (más allá de que el que los vende pueda comprarse un coche más grande o una tele más cara), son aquell@s alumn@s que tienen experiencia de años en el mundo del ejercicio y la salud, mientras que quienes empiezan de cero se limitan a asentir con la cabeza, preguntar el porqué y tomar nota de las conclusiones (algun@s de sus expertos compañer@s han estado a punto de entrar en shock y fibrilar, os lo prometo).
Hablar es gratis, y hoy todo el mundo parece saber de todo (fútbol, política, economía, psicología, entrenamiento…) y eso incluye la nutrición, por lo que la formación, la de calidad, es si cabe más imprescindible.
4. Actualizarse en este mar constantemente cambiante de información.
La única manera de obrar y asesorar con propiedad en esto de la Nutrición Deportiva es mantenerse actualizado bebiendo de las fuentes adecuadas, de aquellas entidades y profesionales que portan conocimientos de calidad, contrastados y que no dudan en modificar su discurso si la ciencia de la Nutrición y el Entrenamiento avanza.
Es como copiar en un examen; si lo haces, ¡asegúrate de que te has sentado al lado del listo o la lista de la clase! Es de cajón. Pues en esto igual. Asegúrate de preguntar, asesorarte y formarte con aquell@s que tienen una trayectoria que les avala y que (esto os puede sorprender pero es sinónimo de evolución y calidad) dicen cosas distintas a las que decían hace años.
La ciencia avanza y evoluciona, y esto va a una velocidad que a veces da vértigo. Si quieres dormir tranquil@ sabiendo que estás haciendo las cosas bien, has de estar al tanto de dichos cambios.
Como dice un buen amigo, en esto de la nutrición y el entrenamiento “si sigues haciendo lo mismo que se hacía hace diez años, tómate el pulso porque seguramente estés muerto”.
5. Que no nos tomen el pelo con “Quimiofobia” y “Naturalismo”.
Cada vez que oigo a alguien decir “lo natural es más sano” cargo la pistola, como dice otro colega. Ojito que esto no es ninguna tontería.
Natural es una disentería (búscalo en Google y verás qué sano es), el veneno de una medusa y un terremoto en California.
Natural es comerse las judías rojas, los huevos y la leche sin hervir, y ambas cosas te pueden llevar al hospital en cuestión de horas.
Por cierto, un hospital no es nada natural, no existe en la naturaleza, por lo que es completamente artificial, igual que cocinar los alimentos, lo que reduce el riesgo de intoxicación por microorganismos patógenos y mejora sensiblemente la digestibilidad de sus nutrientes. Lo natural, como lo artificial, a veces mola y a veces no, depende de lo que sea. Entérate bien.
Pero el remate es ya cuando se utiliza el término “natural” como lo contrario de “químico”, ahí es donde se os tienen que encender todas las alarmas (yo en estos casos no puedo evitar imaginarme a Gandalf, tras enfrentarse al Balrog de Morgoth, gritando “¡corred insensatos”!).
Cualquier cosa, natural o artificial que exista en nuestro planeta (diría que también en el resto del universo pero es que no he estado) es químico y está compuesto de químicos.
Y eso incluye el agua pura de un manantial natural (H2O, es decir, dos átomos del elemento químico Hidrógeno y uno del elemento químico Oxígeno), la Sal del Himalaya (NaCl, un átomo del elemento químico Sodio y otro del elemento químico Cloro) y el aire puro y natural de la montaña (cargado de O2, gas oxígeno compuesto por dos átomos de este elemento químico).
Todo es todo, incluid@s vosotr@s (que estáis hech@s de órganos formados por tejidos hechos de células que se forman mediante moléculas de átomos de elementos químicos) y la comida que ingerís, sí, también la ecológica y toda la que compréis en el herbolario. Que no os tomen el pelo.
Recordad mis palabras la próxima vez que habléis de aminoácidos (un grupo amino NH2 unido a un grupo ácido COOH) o de grasas saturadas (porque sus cadenas hidrocarbonadas están saturadas de átomos de hidrógeno). Eso sí, todo natural.
Por: Claudio Caamaño