El Pilates footwork, es un simple ejercicio con el que típicamente se empieza el trabajo de Reformer. Con él, vemos los patrones posturales, los desequilibrios de las caderas, piernas y pies de manera efectiva en nuestros clientes.
Este ejercicio funcional de cadena cinética cerrada de flexión y extensión de cadera y rodillas nos permite ayudar a los clientes en la correcta alineación de estos segmentos del cuerpo:
- Corrige la alineación de pie, tobillo, pierna, cadera.
- Desarrolla la fuerza – resistencia en las mismas articulaciones.
- Incrementa la flexibilidad en los miembros inferiores.
- Ayuda a desarrollar el equilibrio muscular de la cadera.
- Prepara el pie, tobillo, rodilla y cadera biomecánicamente para actividades funcionales del día a día como caminar, correr y bailar entre otras.
- Previene lesiones por desequilibrios en los miembros inferiores.
- Ayuda en la recuperación de lesiones gracias a ser un entrenamiento en cadena cerrada donde la resistencia que afecta a los miembros inferiores puede ser cuidadosamente controlada.
Además, este entrenamiento destaca por ser una herramienta donde las extremidades están estables y el cuerpo en movimiento. En esta cadena cerrada, se usan todos los músculos del tren inferior, igual que en una sentadilla clásica, en coordinación, creando más estabilidad en articulaciones que en una cadena cinética abierta.
Claves del éxito para la correcta alineación en el trabajo del Footwork
Por supuesto la primera clave de éxito para este trabajo es la valoración del cliente extendido en decúbito supino en el carro del Reformer.
Una buena alineación equilibra la distribución de fuerzas en las articulaciones y por tanto prevendrá de una posible lesión por este motivo.
En una buena alineación observaremos:
- Que la pelvis neutra durante todo el movimiento.
- Que el centro de la articulación de la cadera esté alineado con el centro de la rodilla, y éste con el centro de la articulación del tobillo, por supuesto en ambas piernas.
- Que el pie y la rótula estén rectos, alineados el uno con el otro, los fémures alineados más hacia la línea central y no rotados externamente ni internamente, y las tibias rectas.
- Que los pies también estén alineados y no pronados ni supinados.
- Que el peso esté repartido en el centro de cada talón, en el trabajo de talón, y repartido entre el primer y segundo dedo de los metatarsos en el caso de trabajo en metatarsos, mientras el resto de dedos permanece alineado con el tobillo.
Este reconocimiento es relativamente fácil, cómo hacer que el cliente tome conciencia de ello y lo trabaje; no. Para mí, lo importante es que el cliente lo sienta, sin ello, estamos perdidos.
Otro punto a tratar y que ya se sale de la alineación de la cadera y piernas es la retroversión pélvica.
Ésta es común en muchos de nosotros en el momento en que nos estiramos en decúbito supino.
Sin embargo, en otros movimientos más funcionales como el caminar o correr no lo es, ya que se mantiene la posición neutra de la columna.
Por eso y porque es la mejor manera de que se repartan las fuerzas en nuestras articulaciones, y se mantiene la movilidad articular de la columna lumbar, es importante educar al cliente en el Reformer.
Frases como: “siente el peso en el sacro y no en las lumbares durante todo el recorrido» pueden ayudar al cliente a sentirlo. Y, si no, es tan sencillo como usar el tacto para que localicen lo que queremos.
Esperamos que os haya gustado este artículo y que os haya parecido útil. Si tenéis comentarios, dudas o aportaciones que nos queráis hacer llegar, estaré encantada de responderlas en los comentarios del post! Espero vuestras aportaciones!