Las articulaciones son las partes del aparato locomotor donde contactan los huesos entre sí y dan movimiento a los segmentos corporales. La amplitud o rango de movimiento articular es esencial para que los movimientos respondan a nuestras intenciones y sean eficientes. De esta manera podremos interactuar con nuestro entorno, desplazarnos, mover objetos, etc. con libertad y autonomía.
El rango de movimientos de una articulación depende de un conjunto de factores anatómicos y fisiológicos que pueden estar limitados y se pueden corregir mediante diferentes técnicas:
- Tensión o rigidez muscular -> estiramientos musculares y técnicas miofasciales.
- Bloqueos -> manipulaciones, osteopatía, quiropraxia,…
- Descoordinación nerviosa (por estrés, agotamiento) -> relajación activa (Yoga, meditación) o pasiva (masaje).
- Contracturas (por fatiga o malnutrición) -> quiromasaje, dieta…
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La completa amplitud de movimientos de una articulación depende de los movimientos que puede realizar con un gran arco, visible y que produce el desplazamiento necesario. Son los que llamamos macro-movimientos.
Los micro-movimientos son desplazamientos apenas visibles en las articulaciones pero que son esenciales para que se produzca el movimiento amplio. Estos pequeños “ajustes” no son visibles de forma inmediata, se producen de forma automática forman parte de lo que llamamos biomecánica blanda.
La función de estos micro-movimientos es la de ajustar y orientar las carillas articulares para que los huesos puedan tener la óptima colocación y tener el máximo arco de desplazamiento.
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La flexión y extensión de la rodilla y del codo, la rotación (circunducción) en 3D del hombro o de la cadera son macromovimientos. Todos los conocemos y vemos habitualmente. Sin embargo, el desplazamiento (deslizamiento, como si resbalara) del fémur sobre la tibia y el varo o valgo forzado son micromovimientos de la rodilla.
En la muñeca, por ejemplo, la flexión-extensión o la abducción-adducción son los desplazamientos visibles pero además podemos mover el carpo respecto al cúbito y radio lateralmente, arriba y abajo y en torsión.
La forma de las superficies articulares con sus cartílagos, los ligamentos y los músculos son los que guían, bloquean y orientan los desplazamientos de los huesos en la articulación.
Si todos estos tejidos fueran completamente rígidos veríamos los macro-movimientos pero con una “forma” y amplitud diferentes a lo que estamos acostumbrados. Gracias a la elasticidad de los ligamentos, del cartílago articular y de los músculos pueden producirse los micro-movimientos que dan los gestos la dirección y el arco completo que necesitamos.
Las lesiones, los acortamientos, fibrosis y cicatrices, las intervenciones quirúrgicas o las enfermedades reumáticas reducen la elasticidad de las partes de la articulación y por tanto la capacidad y la calidad de los gestos que realizamos. La limitación de la capacidad de movimiento micro afecta a la acción macro.
Ganando amplitud de movimiento
Las técnicas manuales ayudan a recuperar la movilidad de muchas formas diferentes actuando sobre las diferentes partes de la articulación.
- Los estiramientos musculares y miofasciales deshacen las contracturas, aumentan la longitud y hacen más elásticas las zonas fibrosadas.
- La movilización articular hace más elásticos los ligamentos de la articulación y rompen adherencias de la zona.
- El masaje y las técnicas de relajación reducen el tono muscular y las contracturas, dan elasticidad a los tejidos blandos y rompen adherencias.
- Los bloqueos por malposición de las caras articulares se reposicionan con las manipulación tipo “trust” o con la técnica de Jones.
- La técnica de Cyriax es muy útil en la liberación de adherencias por sedentarismo o por cicatrices de lesiones o quirúrgicas.
Las técnicas manuales, como hemos podido ver, pueden ayudar a mejorar el rango de movimiento en gran medida.
Esta amplitud de movimiento tiene consecuencias en cuanto a capacidad de rendimiento, autonomía personal e incluso en aspectos emocionales al dar mayor libertad y confianza en uno mismo.
No debemos olvidar que debemos mejorar la movilidad visible de las articulaciones sino también la micro, la que no se ve, y que depende de estructuras internas, íntimas.
La visión global del masajista o del osteópata debe abarcar la anatomía en toda su profundidad y su funcionalidad.
Así lograremos efectos más evidentes y duraderos en las personas que acuden a nosotros en busca de ayuda para lograr el bienestar general.