El mecanismo de una polea es sencillo y bien conocido. La carga está conectada a un cable que hace de transmisión, este pasa por las poleas y nosotros tiramos o empujamos del cable para desplazar la carga y así poder ejercitar nuestros músculos.
Como ya sabrás, la función de la polea es, en principio, cambiar la DIRECCIÓN y el SENTIDO de la fuerza que generan las placas que pretendemos mover. Es decir, las placas en realidad “pesan hacia abajo” (si quisiéramos ser precisos diríamos que generan una fuerza de dirección vertical y sentido descendente).
De manera que, si no contáramos con una polea y quisieras elevarlas, separar las placas del suelo, deberías hacer fuerza hacia arriba, ya fuese tirando o empujando. Es lógico.
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Poleas Redireccionadoras
Lo que nos permite la polea es poder elevar las placas haciendo fuerza hacia abajo, algo que sin polea sería completamente ridículo, pues las estarías dirigiendo contra el suelo. Esto es posible gracias a ese cambio en la DIRECCIÓN y el SENTIDO que provoca la polea sobre la fuerza que generan las placas.
Así puedes conseguir elevar unas placas que “pesan hacia abajo” haciendo fuerza también hacia abajo, ya que la polea provoca que, a través del cable, ahora las placas ¡“pesen hacia arriba”! Si lo piensas es muy loco 😊
Un ejemplo de Polea Redireccionadora podría ser un remo en polea tan típico de las salas de fitness. En la imagen podemos ver cómo el tipo tira de un cable que tiene una dirección casi horizontal (este cable transmite una fuerza, la de las placas, cuya dirección es exactamente la del cable, y cuyo sentido va hacia la parte izquierda de la imagen, hacia la polea).
Al atravesar la polea, vemos cómo cambia radicalmente la dirección del cable, que hasta ese momento es completamente vertical, lo que también consigue cambiar el sentido de la fuerza, que pasa a ser ascendente, pues se iría hacia la parte superior de la imagen, separándose de la polea.
Es decir, unas placas que en realidad hacen fuerza hacia abajo, gracias a las poleas, en un momento del camino “pesan hacia delante” (en la parte del cable más horizontal), y en otro “pesan hacia arriba” (en la parte del cable más vertical). Curioso, ¿verdad?
Hasta ahí todo bien, demos las gracias a aquella persona a la que se le ocurrió atar el extremo de una liana a algo muy pesado, lanzar el otro extremo por encima de una rama gruesa y colgarse de ese extremo para aprovechar la fuerza de su peso para elevar el pesado objeto.
Por eso a este tipo de poleas se les denomina POLEAS REDIRECCIONADORAS, pues cambian la dirección (y el sentido) de la fuerza de las placas. El tema es que, aunque muchas de las poleas que utilizamos en nuestros entrenamientos exhiben este sencillo comportamiento, otras pueden tener características ligeramente más complejas e interesantes.
¿Os habéis fijado que, cuando estamos usando las poleas, algunas de ellas además de girar sobre su eje se desplazan linealmente en el espacio? No solo giran, sino que a la vez van hacia arriba o hacia abajo, hacia delante o hacia atrás. Pues bien, esas poleas, además de redireccionar la fuerza de las placas, también modifican la CANTIDAD de fuerza que nos transmite el cable, pudiendo dividirla o multiplicarla.
Poleas Desmultiplicadoras
A las primeras se les denomina DESMULTIPLICADORAS, pues dividen la fuerza que reciben a la mitad. Por ejemplo, si las placas generan una fuerza de 10kg y el cable transmite esa fuerza a través de una polea desmultiplicadora, a la mano nos llegarán solo 5kg.
Si te fijas, las placas están enganchadas directamente a la polea, en lugar de al cable, como sucedía en las que solo redireccionan. Esto hace que esos 10kg de la carga se dividan a partes iguales en dos cables, uno a la izquierda con la mitad de la fuerza, y otro a la derecha con la otra mitad (5kg y 5kg).
Uno de los cables deberá estar fijo, en este caso el derecho, anclado a la estructura de la propia máquina, por ejemplo, que tendrá que ser lo suficientemente resistente para soportar la fuerza que le llega a través del cable sin soltarse (en este caso, la estructura deberá poder soportar 5kg).
El otro cable, el izquierdo, es del que tú vas a tirar. El resultado es que a ti solo te llega la mitad de la carga porque es la que transmite tu cable. ¿No os resulta curioso? 😊
Un ejemplo de Polea Desmultiplicadora podría ser alguna de esas que se usan para ejercitar los brazos, como la de la imagen. Si te fijas en la polea rodeada en color amarillo, comprobarás cómo esta está enganchada directamente a las placas.
De la polea salen dos cables, como hemos comentado. En este caso, será el de la izquierda el que tenga que ser soportado por la estructura (aunque en la imagen no podemos ver dónde se ancla exactamente), y es del cable de la derecha del que la chica tendrá que tirar para mover las placas (aunque tampoco se aprecia en la imagen, el cable subirá verticalmente, pasará por una polea que solo redireccionará, volverá a bajar un poco oblicuo, pasará por una segunda polea que solo redirecciona y terminará subiendo también un poco oblicuo hasta las manos de la chica).
El resultado es que selecciones la carga que selecciones en las placas, a ti solo te llegará la mitad. Eso sí, como te vas a esforzar la mitad con la fuerza, tendrás que compensar esforzándote el doble con la distancia. ¿Qué quiere decir esto? Pues que para poder desplazar las placas 1cm tú tendrás que mover tu cable 2cm.
Eso, lejos de ser una desventaja, permite que la carga se desplace más “suave”, sin dar tirones ni provocar picos de fuerza bruscos incluso aunque muevas las placas rápido. Ideal para trabajar con personas que se están recuperando de una lesión, o para aquellas que buscan Hipertrofia Muscular, pues la “regularidad” de las fuerzas a lo largo del recorrido permite una resistencia más constante durante el gesto.
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Poleas Multiplicadoras
Las últimas que vamos a analizar se denominan MULTIPLICADORAS, ya que multiplican por dos la fuerza que reciben. Por ejemplo, si las placas generan una fuerza de 10kg y el cable transmite esa fuerza a través de una polea multiplicadora, a la mano nos llegarán 20kg.
Si te fijas, en este tipo de polea nosotros empujamos o tiramos directamente de la polea (o de una estructura a la que está fijada la polea, es lo mismo). La explicación de por qué la carga se multiplica es muy curiosa.
Fíjate que la carga está conectada a un cable que soporta sus 10kg. El cable pasa por la polea (de la que nosotros tiramos) y los 10kg que transmite acaban enganchados a un punto fijo que hace de anclaje (por ejemplo, la estructura de la máquina). Recuerda que ese cable transmite 10kg, por lo que la estructura deberá soportar esos 10kg sin soltarse, si no, vaya caca de estructura.
Eso hace que, como es el mismo cable, haya 10kg en el cable de la izquierda y 10kg en el de la derecha. La gracia está en que tú no tiras de uno de los dos cables, pues al traccionar directamente de la polea, estarás tirando de ambos a la vez, lo que supone estar tirando de 20kg (10kg del cable de la derecha que tira hacia abajo por la carga, y 10kg del cable de la izquierda que tira hacia abajo por el anclaje, pues si la estructura no tirara hacia abajo del cable con una fuerza de 10kg este se soltaría, ¿lo entiendes?).
Un ejemplo de Polea Multiplicador en las salas de Fitness puede ser el de las prensas de placas para trabajar los muslos, como la de la imagen.
Como puedes ver, el círculo amarillo señala la polea que multiplica la carga. Este tipo de polea suele usarse básicamente para ahorrar material, pues para conseguir una carga determinada basta con la mitad de placas. Por eso es habitual en máquinas que suelen requerir bastante carga, como sentadillas, prensas o remos en máquina.
Observa como se ve perfectamente la polea anclada a la plataforma que la chica desplaza. Es rodeada por el cable (cinta, en este caso), y vemos cómo uno de los extremos, el superior, está ancado a la estructura, que deberá soportar la fuerza que transmita el cable.
Cada vez que la chica empuja la prensa, la polea gira sobre su eje a la vez que se desplaza horizontalmente, lo que obliga al usuario a tirar de los dos cables a la vez. Uno que transmite la fuerza de las placas, y otro que transmite la fuerza de la estructura, que tira del cable exactamente con la misma fuerza que lleva el cable para que este no se suelte.
Igual que pasaba con las Desmultiplicadoras, como tienes que lidiar con el doble de fuerza, en este caso se compensa permitiéndote realizar la mitad de distancia. Así, por cada 1cm que se muevan las placas, tú solo habrás tenido que moverte 0,5cm.
Eso sí, al desplazarse las placas el doble de distancia, y hacerlo en el mismo tiempo, tienen que ir al doble de velocidad que tú, por lo que ocurre justo lo contrario que ocurría en el caso de las Desmultiplicadoras. Si te mueves muy rápido en estas máquinas, notarás picos bruscos de fuerza que, además de ser incómodos, deberás ser capaz de gestionar.
Por eso, salvo que estés trabajando potencia o fuerza máxima a altas velocidades, cuando uses este tipo de poleas deberías moverte deliberadamente más lento. Muy especialmente en caso de estar recuperándote de una lesión, o si quieres provocar una resistencia más constante para conseguir Hipertrofia Muscular.
¿Tienes alguna de estas poleas en el lugar donde entrenas? Investiga, y si encuentras alguna cuéntanos cómo son, si multiplican, desmultiplican o solo redireccionan, y si has podido experimentar lo que te hemos comentado en este artículo.
Por Claudio A. Caamaño