Una de las preguntas que hacemos habitualmente a los usuarios de los gimnasios es: ¿Cuál es tu objetivo? Y la respuesta entre la mayoría de los asistentes, especialmente los más jóvenes es: ¡Quiero estar más tonificado!
La cuestión que aparece detrás de esta afirmación es muy compleja y condiciona mucho el trabajo del monitor de sala y del entrenador personal.
Para cada persona, en el fondo, estar tonificados significa una cosa diferente. ¿Estar tonificado significa estar más fuerte, mover más kilos? ¿Puede que sea una cuestión estética tipo “me quiero ver mejor” o “sentirme más atractivo”?
A veces, la persona imagina o encuentra en la tonificación la posibilidad de tener más energía, tener más capacidad y con ello sentirse más “libre” o tener mayor autoestima.
A la hora de la entrevista inicial, el técnico de Fitness debe detectar el objetivo subyacente a ese objetivo declarado que es “estar más tonificado”. No se trata de hacer psicología barata, se trata de leer entre líneas y así poder ayudar mejor a la persona.
Mientras el usuario habla sobre sus metas, el técnico debe procesar la información a varios niveles; no sólo la que le está dando verbalmente el cliente sino la información no verbal que es la que ayudará a detectar el objetivo que está detrás del objetivo.
Conoce nuestro curso de Personal Training VER CURSO
Muy a menudo, el objetivo de estar más tonificado se complementa con un “quiero perder un poco de grasa corporal” a pesar de que la persona no está obesa y se la ve aparentemente bien físicamente. Entonces, volvemos a analizar el objetivo detrás del objetivo: se trata de un problema de salud, es por estética y sentirse más atractivo o para notarse más ligero, más libre o más capaz.
Una vez más, el técnico debe hacer una doble lectura: el objetivo que manifiesta el cliente y el objetivo que está por debajo, que no está dicho y seguramente es más importante.
Detectar este objetivo detrás del objetivo (el “metaobjetivo”), lo que está más allá de lo dicho y es más íntimo, más emocional, servirá al monitor de musculación para definir mejor las evaluaciones, la intensidad y volumen de trabajo y a planificar mejor el programa de entrenamiento de la persona.
Si queremos trabajar para que la persona alcance sus metas usando esta profundidad de análisis podremos reformular mejor el objetivo. Si intuimos que la persona quiere “estar más grande” o “verse mejor” la mejor manera de hacer el seguimiento será a partir de las medidas corporales, en especial de los perímetros.
En este sentido, y a modo de anécdota, todos podemos recordar chicos y chicas que trabajan más el tren superior (trapecios, bíceps, tríceps…) que son visibles, sobre todo en verano y, por otro lado, dejan de trabajar el tren inferior porque no es tan visible. La persona que tiene como objetivo profundo la mejora de su estética corporal y, en este caso, solo entrena la musculatura visible.
Dejando de lado estos extremos, una persona que quiera tonificar para mejorar su estética personal, será más propensa a que le hagamos un seguimiento con fotos o también nos irá indicando que sensaciones tiene cuando va cambiando de talla de ropa.
Cuando una persona nos pide hacer musculación para tonificar y su objetivo profundo es tener más fuerza, seguramente nos está pidiendo tener una mayor capacidad de desempeño físico.
Eso significa que puede tener mayor autonomía al caminar o correr, que puede mover mayores pesos si su trabajo es físico o en definitiva, que puede realizar determinadas actividades que antes no podía hacer y eso le transmite la sensación de “poder” o de “libertad”.
En relación a la forma como estamos enfocando el concepto de “tonificar mi cuerpo” y las interpretaciones que estamos dando, un motivo oculto a ese objetivo es mejorar la autoestima.
Una persona que tiene la autoestima baja puede verse avergonzado o minusvalorado por su jefe o por las chicas. En este sentido, el aumento de su masa muscular hará que se sienta más “sólido”, más aposentado o equilibrado por lo que podrá mostrarse públicamente con más confianza.
Es de destacar que todos estos conceptos, estos metaobjetivos, no están claramente definidos. Puede haber componentes de autoestimas, estéticos y de capacidad mezclados, e incluso otros objetivos profundos que no encajan directamente con las simplificaciones que hemos realizado anteriormente.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que no siempre hay relación entre el estado físico de la persona y su deseo por estar más tonificado. Podemos encontrar personas que ya están muy fuertes o grandes y desean tonificar más, por otro lado, personas más bien delgadas, que no tienen interés en ganar masa muscular.
En conclusión, las personas no manifiestan sus deseos de forma directa sino que recurren a “metáforas” como la que estamos comentando de la de tonificación muscular. En este sentido, el trabajo del técnico de fitness va más allá de lo puramente físico para entrar en el terreno de lo psicológico o emocional.
Es de destacar que estamos relacionando aspectos puramente físicos (diámetro del bíceps o fuerza de piernas) con aspectos psicoemocionales con lo que podemos mostrar, una vez más, que el ser humano es una unidad, es un todo que se comporta holísticamente!