Quitar una contractura del cuello es algo que muchos nos preguntamos, ya que el cuello es una fuente de dolor muy frecuente. Las posturas que se adoptan, sentados frente al ordenador, o el abuso de los móviles, son fuente de dolencias muy comunes
Contracturas en el cuello por malas posturas
La posición mirando adelante con la espalda curvada y los hombros “redondos” hacia adelante y hace que la cabeza quede adelantada. Esta postura hace que el peso real de la cabeza se multiplique x 2 o x 3, por el brazo de palanca.
La cabeza adelantada tiene su punto de apoyo en la columna cervical. Los músculos cervicales, los de la nuca, hacen de tensores para aguantar su peso. El cuello adelantado es algo que no es natural y el esfuerzo de los músculos de la nuca es excesivo
El exceso de carga que sufren los músculos de la nuca hace que se vuelvan fibrosos y rígidos, generen calambres y se contracturen. El dolor de nuca es habitual después de una jornada laboral delante del PC o de mirar el móvil en exceso.
El agotamiento y rigidez de los músculos produce dolores en la zona posterior del cuello. Éstos pueden, además, extenderse a brazo, cabeza y espalda
Contractura en el cuello por el estrés
El estrés también es motivo de contracturas cervicales. La tensión nerviosa, la rapidez de la vida y del día a día o la exigencia laboral, impactan en la corteza cerebral o córtex.
Que se ve superado por el exceso de información, de datos a procesar. Este exceso de “entradas”, que no podemos manejar con el córtex, se dirige pues a otras partes del cuerpo. Es lo que se conoce como somatización.
Un exceso de estrés es malo porque impacta en los músculos y los órganos internos. Los síntomas más comunes del estrés que no podemos manejar son dolores de cabeza, migrañas, acidez, calambres, ansiedad y angustia, entre otros.
El masaje aplicado para quitar la contractura del cuello
El masaje es una forma ideal para liberar los calambres y contracturas y relajar las tensiones de la zona del cuello.
Los efectos globales del masaje, que ya de por sí son de relajación general, ayudan a reducir el estrés. Solo este proceso ya ayuda a mejorar el estado de tensión y de dolor de la persona. Sin embargo, las contracturas del cuello se pueden tratar por medio de un trabajo específico.
Para ello, empezamos la sesión con roces suaves y superficiales. De esta manera se prepara la zona en concreto para recibir un trabajo más profundo.
El masaje aplicado en los músculos de la zona debe ser muy cuidadoso. Los primeros pases o roces superficiales permiten detectar las zonas más tensas y las fibras o grupos de fibras más rígidas. En general estas zonas se notan como bandas o tiras tensas.
Además se pueden notar zonas más calientes/frías o húmedas/secas según el estado de la persona. Esos signos nos indican el tiempo y la gravedad de las lesiones.
Los pases y roces suaves son un primer contacto con la persona y, por tanto, coger confianza y vincular las emociones del masajista/cliente. De esta manera “se habla” con el cliente con un lenguaje no verbal, más profundo y físico.
Técnicas específicas para quitar la contractura en el cuello
Las zonas en que se hallan los problemas más graves se pueden tratar con un trabajo más local y profundo. El masajista debe ser muy preciso en su actuación. Debe trabajar el lugar y la profundidad con mucha detalle.
Una de las técnicas que podemos usar son las presiones intermitentes sobre la banda tensa. Primero se ejerce una ligera presión, que luego se suelta y un poco después se vuelve a ejercer presión. De esta manera hacemos un bombeo sobre las fibras de los músculos.
Los líquidos entran y salen y este efecto de bombeo limpia la zona de desechos tóxicos y aporta sangre con sus nutrientes y oxígeno. El masaje de bombeo es muy eficaz en el momento y a corto/medio plazo.
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Estiramientos para quitar contractura en el cuello
Los estiramientos son otra técnica que permiten liberar la rigidez de las cervicales. El masajista aplica una tensión para separar los extremos de los músculos en sus anclajes en los huesos.
La fuerza a la que se somete la zona es lo bastante suave para no provocar un reflejo nervioso. Sin embargo, es lo bastante intensa para hacer que la parte viscosa de la nuca se deshaga.
Estirar es una técnica que aplica el masajista y que se dirige tanto al músculo en sí, como a los tejidos de unión (fascias), que también estarán rígidos y habrán sufrido los efectos de las malas posturas y del estrés.
Algunos tipos de masaje se dirigen, más en concreto, a este tejido fascial. Por ejemplo, estirar la cabeza como si se la separara de la columna o hacer rodar la cabeza para poner en tensión la zona posterior del cuello. Si ponemos la nuca a una tensión suave y lenta, el masajista y la persona notan como el tejido cede; sentimos como si se fundiera poco a poco.
Al acabar el masaje, la persona nota más espacio en el cuello y menos rigidez muscular. Por tanto, siente un alivio del dolor local de la cabeza y de los hombros.
Como ser un masajista profesional
Un masajista profesional debe tener una formación muy precisa tanto de anatomía como de fisiología así como de las técnicas manuales. Para ello Orthos recomienda hacer la formación necesaria para reunir todas las competencias necesarias para tratar, entre otras, las contracturas del cuello.