La zancada del corredor o la caída amortiguada de un atleta al saltar deben ser elásticas, absorbiendo la energía mecánica del peso.
La amortiguación eficiente es aquella que se reparte entre los tejidos y estructuras de la manera más amplia posible. En este sentido, los gemelos, los cuádriceps o la fascia toraco-lumbar recogen gran cantidad de energía de la pisada o la caída.
La pierna, en concreto los huesos y ligamentos, contribuye en gran manera a la amortiguación por su forma y colocación. Veamos como el esqueleto de la pierna actúa como amortiguador.
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Los huesos son elásticos
Los huesos tienen la capacidad de deformarse bajo la acción de una fuerza y vuelve a su forma original cuando la fuerza cesa.
Esto puede ser chocante porque todos pensamos que los huesos son elementos rocosos, duros que no se deforman. A pesar de que esto sea así, el coeficiente de elasticidad del hueso NO es cero.
La capacidad elástica del fémur, por ejemplo, le permite acortarse entre 0,5 a 1 cm. al apoyar durante la carrera, lo cual es algo notable.
Como nota aparte, diremos que ese deformación no tienen lugar sin algunas microfracturas, con pérdida de calcio que deben recuperarse y que este proceso de recuperación necesitan un tiempo de descanso suficiente.
¡La recuperación del corredor debe ser larga porque el metabolismo del hueso es lento!
En el caso de la pisada, en el momento de contacto (al apoyar), la tibia y el peroné se curvan, se flexionan y se separan quedando en forma de un paréntesis. En la parte cercana a la rodilla y al tobillo, la tibia y el peroné están unidos estrechamente por ligamentos muy fuertes.
El impacto del pie en el suelo curva y separa los huesos de la pierna. La membrana interósea es un ligamento o fascia plano que une los dos huesos.
Esta membrana se tensa cuando la tibia y el peroné se van hacia afuera; es decir, las fuerzas que llevan los huesos hacia afuera se compensan con las tensiones de la membrana interósea hacia adentro.
Los huesos de la pierna y los ligamentos actúan como la ballesta de un tren o un carro antiguo.
La amortiguación en el tobillo
El astrágalo es el hueso del tobillo que se encaja entre la tibia y el peroné que forman una especie de pinza para sujetarlo. Esta articulación es la que permite la flexión y extensión del pie. Si observamos detalladamente, veremos que el astrágalo no está completamente alineado con la tibia, no están uno encima del otro.
El peroné, por el otro extremo, sólo toca al astrágalo de lado. La pierna y el pie tienen ejes diferentes y, por tanto, podemos ver que la pierna no se apoya en el pie como las piedras una sobre otra en una columna.
El astrágalo tiene una ligera forma de cuña que queda encajada en la pinza formada por la tibia y el peroné. La superficie de la tibia está un poco inclinada lo que permite que el hueso encajado, al recibir el impacto, resbale o se deslice hasta empujar al tope que forma el peroné.
Dicho de otra forma, la cuña del astrágalo separa la tibia y el peroné. Entre estos dos huesos de la pierna se encuentra el ligamento tibio-peroneo que es muy fuerte pero ligeramente elástico. Al apoyar el pie, el impacto hace que el astrágalo estire este ligamento, se separan los huesos de la pierna y se tensa la membrana interósea.
Las fuerzas elásticas que se acumulan en los huesos y ligamentos del tobillo y la pierna cuando el pie aterriza contra el suelo son un amortiguador importante pero poco conocido. La energía del impacto se canaliza y acumula en la elasticidad del ligamento tibio-peroneo, en la membrana interósea y en la deformación de la tibia y el peroné.
Las lesiones del corredor o del saltador pueden deberse al mal funcionamiento de este mecanismo y no debemos descartar una mala colocación de los huesos que debería corregirse por un especialista.
El rendimiento del deportista depende de la realización de contracciones musculares potentes pero también es importante que la energía elástica acumulada en los tejidos anexos se devuelva adecuadamente. De esta manera el movimiento es más eficiente. El rendimiento del deportista depende también de la elasticidad de los huesos y ligamentos…
¡Debemos cuidad nuestro esqueleto!