Bienvenido, me alegro de que estés leyendo estas líneas. Quizá no compartas mi opinión o directamente no te guste lo que digo en este artículo, pero a mí gusta que estés ahí. ¿Se te hace rara esta frase?, ¿se te hace extraño dar reconocimiento a los demás? Mi consejo es… ¡no debería serlo!
Para muchas personas, dar reconocimiento o aceptar a los demás no es habitual. Pero para los profesionales de nuestro sector; entrenadores personales, técnicos, personal de atención al cliente, directores, etc.; debería ser parte de nuestro trabajo diario, dentro de nuestras competencias relacionales y de comunicación.
Ya que no es una costumbre muy extendida, ya que muchos entrenadores miran más bien hacia ellos mismos y ya que lo que te voy a decir a continuación es gratis: prueba a orientarte a los demás, pon tu foco en las personas que tienes alrededor (y no tan sólo dentro del gimnasio, sino allí por donde pases), tú puedes influenciar a tu círculo de contactos, a tu familia, amigos, y clientes; y lo puedes hacer en positivo.
Conociendo los mecanismos de comunicación del ser humano, puedes empezar a conseguir clientes antes de hacer nada
Hay tres grandes comportamientos humanos que las personas perseguimos permanentemente y que desde lo más profundo de nuestro inconsciente nos mueven en algún sentido.
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Entender estos comportamientos y hacerlos nuestros, nos puede dar un gran poder. ¿Te intriga saber cuáles son estas llaves que te dirigen al inconsciente? ¿El lugar del cerebro donde las personas tomamos las decisiones? ¿Allí donde sólo damos permiso para entrar a los más allegados?, ¿Quieres ser uno de esos privilegiados y poder entrar en la estructura mental más profunda de tu cliente?
Pues en tal caso, recuerda que tú también eres una persona y que las respuestas a estas preguntas para los demás, también sirven para ti. Los demás quieren lo mismo que tú quieres, lo que buscas, lo que te motiva para hacer o no hacer, desde que eras un bebé.
Esto es:
- Ofrece reconocimiento a los demás, muchos querrán que les escuches y te escucharán. Especialmente las mujeres.
- Ofrece aceptación a tu cliente, muchos querrán acercase a ti. Especialmente los hombres.
- Ofrece amor a tu cliente, todos querrán quedarse contigo. Especialmente… todas las personas.
Es fácil decirlo. De hecho, está bastante de moda promover alguna de estas tres frases, especialmente desde las redes sociales o la publicidad… pero llevarlo a cabo en el día a día es bastante más complicado.
Nos encerramos en nosotros mismos y perdemos de vista a los demás y así… ni reconocimiento, ni aceptación, ni amor…
¿Cómo podemos ofrecer reconocimiento a un cliente?
En primer lugar, considero que tenemos la gran suerte de trabajar en un entorno que favorece absolutamente este comportamiento. Cuando una persona se enfrenta a un objetivo (lo verbalice o no) lo hace confiando en nosotros.
Como profesionales del ejercicio físico y la salud, tenemos en nuestras manos todos los recursos para dar reconocimiento individual a esta persona.
Podemos hacerle ver, hacerle sentir, explicarle…; cómo está mejorando cada día, está trabajando para conseguir un objetivo (por favor, no juzgues el objetivo de tu cliente, ayúdale tan solo a conseguirlo, es para lo que nos paga, es nuestro valor como profesionales) y podemos evaluar y reevaluar al cliente para tangibilizar como está progresando, eso también es darle reconocimiento, no es perder el tiempo.
Damos reconocimiento cuando llamamos a alguien por su nombre… Ya!! Bufff… para eso nos lo debemos aprender, debemos recordarlo….
Y si somos buenos, además podemos, mirar a los ojos, un leve gesto con la cabeza o la mano, saludar, despedirnos, recordar qué gustos tiene, cuáles son sus preferencias, sus horarios, su grupo de amigos o familia, etc… todo eso también es reconocer a esa persona.
“por favor, no juzgues el objetivo de tu cliente, tan solo ayúdale a conseguirlo,
es el valor para el que paga,
es nuestro valor como profesionales”
Sin duda, los profesionales con mayor éxito, realizan cada día un montón de veces estos comportamientos y muchos más con los que hacen sentir a su cliente especial y para el cliente, esto no tiene precio. No te “extrañes” cuando alguien entra en una sala.
¿Cómo podemos ofrecer aceptación a nuestro cliente?
Las personas, llevamos bastante mal (habitualmente) aquello que nos resulta “diferente” o nuevo… esto ocurre en un nivel de estructura mental muy profunda, genera sensaciones, en la mayoría de los casos absolutamente subconscientes.
Pero estas sensaciones promueven parte de nuestros pensamientos, valores y creencias y por lo tanto nuestras acciones y las acciones comportan resultados.
Cuando una persona llega “nueva” a nuestra clase, a nuestro entreno, no podemos perder de vista que en un “trato personalizado” y en el nivel que estamos tratando, es importante que “sienta” que es aceptada, especialmente por nosotros, desde nuestro rol como líderes, como profesionales que debemos atenderle.
Aceptamos a los demás cuando, por ejemplo, al corregirles usamos fórmulas que no cuestionan sino que solo persiguen mejorar lo que está pasando o que en definitiva llevan al cliente a mejorar sin hacerle sentir ridículo, incapaz, fuera de lugar, etc…
Seguro que más de una vez te han explicado la fórmula correcta para corregir a un cliente. Recuérdala, refuerza en el cliente aquello que está haciendo bien y ayúdale a mejorar en aquello que aún le cuesta más.
Recuerda que no todas las personas aprendemos igual y, sobre todo, que no todas las personas percibimos de la misma manera las indicaciones. Comunícate como el cliente necesita entender el mundo.
En algunos casos, tu cliente necesitara ver aquello que le estas explicando. Querrá ver cómo tú ejecutas, o verse en el espejo para poder aprender aquello que le estás intentando explicar.
Asimismo, en otros casos, otro tipo de cliente necesitará sentir. Aquí el tacto (con tacto nunca mejor dicho), te puede ayudar. Tocar al cliente en la zona de su cuerpo donde debe estar trabajando para hacerle sentir que hay contracción, activación o implicación, de la misma manera que lo harás en la zona donde no debe pasar eso, es la mejor manera para este tipo de cliente.
Y en algunos otros casos, el cliente necesitará escuchar con atención los detalles, las indicaciones, los ejercicios… de manera absolutamente verbal, y en algunos casos será útil que pueda anotar en papel o que directamente trabajéis sobre papel lo que quieras explicarle.
Corregir correctamente es una buena manera de hacer sentir al cliente que es aceptado, entendido, que puede formar parte del grupo, que tiene su lugar y será bienvenido.
¿Cómo podemos hacerle sentir querido?
Sin entrar en interpretaciones, de la manera más neutra, cuando una persona llega hasta nosotros, está en nuestras manos hacerle sentir que formamos parte del grupo de personas que se preocupan por él.
Generar esta sensación debería ser lo más natural posible. No sirve aplicar formulas aprendidas si realmente no sentimos nosotros mismos que esto es así.
Las personas percibimos cuando un comportamiento tan profundo es forzado, ni las mejores palabras ni las mejores maneras se escapan de la intuición y de la congruencia (nuestra neurología nos informa en segundos de que algo no se corresponde cuando no hay congruencia entre lo que se dice y el cómo se dice, y el cómo se dice es más importante que el que se dice, pesa más en el resultado de la comunicación entre las personas).
Querer a las personas es gratis; pero en la sociedad actual, en muchos casos nos resulta más fácil insultar, enfrentarnos o pelear con un desconocido (lo cual por desgracia no nos parecería un comportamiento extraño) que decirle a alguien próximo que le queremos (lo cual ya sea por motivos culturales o sociales, en más de un caso puede realmente constarnos mucho).
En fin, tal como decía en el primer párrafo, puedes estar o no de acuerdo con lo que has leído en este post, pero si has llegado hasta esta frase, estoy contento de que estés ahí y me alegra haber compartido contigo estas palabras. Ojalá algo de lo dicho pueda ayudarte en tu trabajo.