El masajista usa gran variedad de técnicas y la liberación miofascial puede ser una de ellas, una muy efectiva. El trabajo sobre la fascia, es decir, sobre los tejidos conjuntivos, es muy importante y eficaz. La técnica de liberación miofascial o masaje miofascial sirve para liberar «nudos», adherencias o cicatrices que limitan la movilidad de los tejidos.
La aplicación de la técnica debe ser muy precisa y sirve para detectar y resolver problemas fasciales. Evaluación y tratamiento constante; esta es una de las ventajas del masaje miofascial.
La fascia: un sistema olvidado y a tener en cuenta
El sistema fascial (ignorado y olvidado), por su importancia, debe considerarse un sistema fisiológico igual que otros sistemas y aparatos: circulatorio, respiratorio, nervioso, etc. Es decir, en los tratamientos manuales es fundamental tratar la fascia. En definitiva, debemos aplicar técnicas que se dirijan al sistema fascial con el fin de mejorar la salud de nuestros pacientes.
La fascia es tejido conectivo con diferentes densidades según su función y lugar. Todo ello crea un sistema interdependiente tridimensional de fuerza, soporte, elasticidad y acolchado, adaptado a cada lugar y función. La fascia está compuesta por: colágeno, elastina (fibras) y matriz fundamental.
La fascia es el entorno en el que viven las células. Algunas veces el tejido está más condensado (tendón, ligamento)y a veces es más esponjoso (dermis). Sin embargo, sea como sea, las células están en contacto directo con la matriz de la fascia que contiene los nutrientes, el oxígeno, agua, etc. La fascia es el tejido de sostén y nutrición que hay entre y alrededor de las células. Sus funciones son muy importantes:
- Soporte,
- Protección, separación,
- Respiración celular,
- Eliminación de toxinas,
- Metabolismo y
- Flujo de fluidos y linfático.
Posee pues una profunda influencia en la salud celular y en el sistema inmune.
Liberación miofascial es un método diagnóstico y terapéutico
El sistema fascial siempre está implicado en la función con los tejidos y células. Influye en el entorno de cada estructura, sistema o aparato. Si lo tenemos en cuenta, mejorará la calidad, duración y eficacia del trabajo terapéutico manual.
No se puede olvidar, en el conjunto de terapias físicas, la aplicación de las técnicas miofasciales. Si no las aplicamos se provocarán recaídas por resultados pobres y/o pasajeros con otros tratamientos.
Estos conceptos sobre la fascia nos pueden servir para la evaluación y el tratamiento. Al hacer una sesión, detectaremos lesiones y las trataremos, en ese mismo momento. Así tendremos mejores resultados y a más largo plazo. Reduciremos dolores (tensionales, atrapamientos por cicatrices,…), relajaremos las tensiones, ampliaremos el movimiento, etc. En conjunto, mejoraremos la salud del paciente.
El masajista y las técnicas de liberación miofascial
Las técnicas de liberación miofascial permitirán mejorar los síntomas de los cuadros clínicos, la cantidad y la calidad del movimiento y una mejor absorción de los impactos. Los rangos de movimiento articulares (ROM, Range Of Motion) serán mayores y el movimiento más fluido y, se eliminarán las presiones y tensiones ejercidas por las restricciones fasciales de las estructuras afectadas.
Las técnicas de liberación miofascial incluyen los estiramientos miofasciales. Al movilizar una articulación en su rango máximo se estira el tejido musculas y el fascial (o el conjunto). Podemos hacer estiramientos miofasciales, con las manos, presionando sobre los extremos del músculo, en los tendones. También podemos «aplastar y rodar». Esto se puede hacer con un rulo o con el puño, y notaremos cómo se desenganchan los tejidos y se deshacen las adherencias.
Los bombeos fasciales son técnicas en las que ponemos en tensión una zona o un músculo, luego aflojamos y luego, volvemos a tensar. Así, sucesivamente. Este bombeo, hace que salga líquido de las células (al estirar) y que entre (al relajar). Este movimiento de vaivén o «bombeo» hace que la célula reciba nutrientes y saque excreciones al mover el agua. Algo parecido a lo que ocurre al estrujar una esponja.
La fascia y las lesiones
Los traumas de cualquier origen y la mala función fascial alterarán el entorno celular. Se genera un entorno celular deficiente que va degenerando hacia una enfermedad muscular o una disfunción corporal. Si existen restricciones en las fascias, en el momento de un golpe o trauma no habrá una dispersión adecuada de las tensiones. Estas áreas corporales rígidas, que no toleran el impacto, serán zonas de lesión. Además, no necesariamente nos afectarán las fuerzas grandes. Es más frecuente que los traumatismos repetidos causen una patología.
Un atleta con restricciones fasciales, al entrenar, el efecto de la actividad continua creará un exceso de presión en un área determinada, desencadenando una actividad anormal y produciéndose la lesión o la recaída. El cuerpo deberá compensar y entonces aparecen los espasmos musculares y las restricciones fasciales que producen los signos y síntomas clínicos.
Esto explicaría las lesiones deportivas o de rendimiento, recurrentes a pesar del entrenamiento de flexibilidad y el fortalecimiento.